Pasaron más de dos décadas desde la última vez que Victoria Vanucci empuñó una raqueta de forma competitiva. Hoy, a los 42 años, la extenista juvenil número uno de la Argentina está lista para volver a las canchas con un sueño renovado: competir en el circuito profesional de Estados Unidos, tras recibir un wild card otorgado por la USTA (Asociación de Tenis de EE.UU.).
Lo que comenzó como una recomendación terapéutica se transformó en una misión personal. “Volví a jugar por consejo de mi terapeuta, como parte de un proceso de sanación. Al principio no quería ni ver una cancha, pero hoy entreno cinco horas por día”, contó con emoción.

En su adolescencia, Vanucci brilló en juveniles, fue cinco veces campeona con River Plate, entrenó bajo la tutela de Guillermo Vilas y Tony Peña, y se perfilaba como una gran promesa. Sin embargo, una peritonitis aguda y otras vivencias traumáticas truncaron su carrera a los 19 años. “La enfermedad fue real, pero también fue la excusa para escapar de un entorno tóxico. No podía más”, confesó.
Hoy, radicada en EE.UU., fue clasificada en el nivel 2.5 del ranking nacional USTA, lo que la habilita a sumar puntos para torneos oficiales. Ya tiene su primer compromiso confirmado: jugará el 15 de septiembre en un torneo federado, y luego en octubre en Nevada. “Juego contra chicas de 20 o 30 años, pero lo hago con cabeza, técnica renovada y ganas”, dijo.

La Universidad de Utah la respalda con cuerpo técnico, terapias y nutrición. “Hoy tengo 42 años y lo hago por mis hijos, por mí y por lo que represento: que no hay edad para volver a soñar. El tenis es mi esencia. Todo lo demás fue supervivencia”.
Vanucci insiste: “Hoy la dueña de mi juego soy yo. No hay fantasmas, no hay voces que digan que no puedo. Si volví al tenis, es porque sané. Y ahora quiero ver hasta dónde puedo llegar”.

