José «Colo» Vasconcellos, uno de los fundadores del cuarteto salteño Ahyre, considera que el lauro Consagración que el conjunto logró la noche del domingo junto al trovador transerrano José Luis Aguirre en el cierre del 64° Festival Nacional de Folclore de Cosquín, “premia el coraje de enfrentar los escenarios con canciones propias”.
“Nosotros creemos que animarse a crear nueva obra es muy importante para que el folclore pueda tener nuevas corrientes compositivas”, formula Vasconcelos en charla con Télam.
Músicas de autor y el abordaje de problemática socioambiental tomando posición en cuanto a la defensa de los territorios y las comunidades que los habitan, son parte del ideario estético que vincula a Aguirre con Ahyre, más allá de las diferencias estilísticas entre ambas propuestas.
En comunicación con Télam, Aguirre también pone el foco en esa apuesta por proponer y señala: “Este premio lo dedico fundamentalmente a los jóvenes para que nunca dejen de defender sus canciones y así puedan seguir sembrando con palabras y pensamientos la música popular”.
Desde la perspectiva ligada a proponer y mostrar repertorio inédito, el músico, compositor y cantante de Ahyre apunta en comunicación telefónica desde Salta: “En el folclore siempre nos enfrentamos a canciones muy inspiradoras, a obras magistrales de nuestros mayores y entonces daría la sensación que cualquier cosa nueva no es tan merecedora de tener espacio y reconocimiento”.
Para el “Colo”, miembro fundador de la agrupación nacida en 2019 y que también integran Sebastián Giménez, Hernando Mónico y Federico Maldonado (sumando además el aporte del percusionista Guido Bertini), la Consagración alcanzada en la despedida de la máxima cita nativa “significa un abrazo muy grande, un enorme aliento”.
El cordobés Aguirre, popularmente conocido como “el Jose” (así sin tilde), nació en 1979 en Villa Dolores y es un artista sensible y comprometido, dueño de una trayectoria atravesada por siete álbumes, el último de ellos el notable “Suelto” (2023).
Por su desempeño en la velada del miércoles 24 que en el abordaje de “Córdoba morena” incluyó a Sonia Torres y a Agustín Tosco (presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba y uno de los líderes del Cordobazo, respectivamente) y se dio el lujo de estrenar el aclamado “Canción bonita para mi barrio”, que regaló estrofas como “Yo quiero cantar una canción como cantaba la Mercedes/Que no sea nomás para entretener si no para charlar profundo/ No creo que sólo se trate de política y mercado/Yo pienso que es preciso regresar al corazón de la tierra”, sumó en su palmarés otros dos lauros: el del Público y el de Sadaic-Ancrof.
“Amo este festival al que venía de niño y ya voy a cumplir 32 años con el canto pero nunca es tarde para recibir estos premios que uno siempre espera pero ya me había olvidado”, comenta.
Con el espaldarazo de esta distinción, el creador declina apartarse del rumbo que cultiva con esmero y postula: “Ahora a seguir caminando por la tierra y por favor que no nos quiten la alegría, la creatividad ni la fortaleza porque ese es nuestro combustible para seguir alumbrándonos en comunidad y en el ejercicio de mirar siempre al pasado”.
“Leda Valladares decía ‘nuestros ancestros son el futuro’. Y a mí me gusta pensar que la única manera de seguir dando pasos en este camino es mirar siempre quien viene atrás y ya aró la tierra. Es la única forma de interpelar la rutina y que aparezca la luz entre tanta oscuridad porque la verdad siempre es más bella. Y es la única que nos lleva al futuro”, abunda Aguirre.
El guitarrista y cantante que anoche y tras recibir su distinción en la Plaza Próspero Molina fue llevado en andas en el Patio de La Pirincha, una peña alternativa de Cosquín, comenta: “Alguien dijo ‘ganó uno de los nuestros’, yo digo que ganó el artesano, el paisano, mi vieja costurera y el guitarrero que capaz jamás pueda entrar a la Plaza y agradezco que mis canciones sean una llamita”.
Vaconcelos retoma la palabra y asegura que “la música de José suena en nuestras casas, la consideramos una medicina muy hermosa para el alma y nos alegra haber recibido esta mención junto con él”.
“Si bien todavía no hemos tenido ocasión de compartir con Aguirre, seguramente nos cruzaremos en el camino –comenta el miembro de Ahyre- porque nos identificamos muchísimo con su manera honesta de hacer música y de aportar para que este mundo sea un lugar mejor”.
Tomando nota de algunas de las temáticas compartidas en los dos repertorios, “Colo” sostiene: “Consideramos que la música es uno de los puentes con los que contamos para que podamos comunicarnos a través del entendimiento y poder despertar la conciencia de que hoy la naturaleza nos necesita”.
En el caso de Ahyre, el premio por su performance en la velada del martes donde por segundo año consecutivo fue elegido para cerrar esa luna, fue físicamente recibido Abel Pintos, encargado del broche musical de Festival.
“Cuando nos enteramos del premio nos resultaba imposible volver a Cosquín a recibirlo, pero inmediatamente pensamos en Abel que para nosotros es familia. Él es un hermano que la música y el camino nos puso adelante y con quien hemos compartido la ruta de la música prácticamente desde la adolescencia y siempre estamos cerquita y permanentemente comunicados”, repasa Vasconcelos sobre el artista con el que, además, registraron la canción “Cómplices”, uno de los tantos hits del grupo.
Parte de esa historia compartida tiene que ver con que Giménez, Vasconcellos y Mónico surcaron 15 años integrando Los Huayra, mientras que Maldonado se sumó desde Los 4 de Salta para conformar una propuesta capaz de reunir la renovación sonora, el elegante tratamiento instrumental y una lírica cuidada, romántica y a la vez testimonial plasmada en dos álbumes (“Ahyre”, de 2020; y “Eco”, de 2023) y en un puñado de lanzamientos.
Mientras surca la crisis que menguó la agenda festivalera del verano y planifica seguir girando para presentar “Eco” por escenarios del país, Ahyre se alista para por primera vez llegar al Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar donde representará a la música argentina con su tema “La Luna”.
“Sabemos que se vienen tiempos diferentes y quizás también sea un incentivo para que podamos apelar a la autogestión y a reinventarnos a cada paso como es esta llegada a Viña que la saboreamos sin querer dejarnos llevar mucho por las expectativas”, concluye Vasconcelos.
Télam