El equipo cerró la fase regular con un empate que dejó sensaciones positivas, especialmente por la reacción mostrada en el segundo tiempo. El primer tiempo fue complicado: no se logró ejecutar el funcionamiento trabajado, se perdieron pelotas en zonas clave del mediocampo y no se encontró a los jugadores que debían generar juego interior. La jerarquía del rival se hizo notar, pero el equipo supo corregir.

En la segunda mitad, se ajustaron detalles tácticos, se acortaron las distancias entre líneas y se mejoró la presión. Esto permitió empatar el partido en dos ocasiones, mostrando carácter y determinación. El grupo demostró que está preparado para competir, incluso cuando las cosas no salen como se planifican.La clasificación al reducido y el ingreso a la Copa Argentina son logros importantes, especialmente considerando que hace pocas fechas había dudas sobre si se lograría. El equipo evitó mirar los resultados ajenos y se enfocó en su rendimiento, lo que fue clave para mantener la concentración.

Aunque no se definirá de local, se destaca que jugar en la Ciudadela sigue siendo un desafío para cualquier rival. El equipo tiene la capacidad de competir en cualquier cancha y está mentalmente preparado para afrontar lo que viene.El gol convertido por Mariano en un partido tan exigente también aporta confianza. Para los delanteros, marcar en momentos clave es fundamental para encarar la semana de trabajo con tranquilidad y llegar al reducido con mayor seguridad.El rival fue exigente, con jugadores de jerarquía y aspiraciones de ascenso. Por eso, el empate y el rendimiento en el segundo tiempo refuerzan lo anímico y lo mental. El grupo está en deuda con la gente, pero tiene la convicción de pelear hasta el final por el ascenso.