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Así prosperan las fábricas de bebés en Nigeria

Los traficantes de niños en Nigeria suelen secuestrar niñas y mujeres jóvenes para llevarlas a lugares aislados y embarazarlas. Cuando dan a luz, sus bebés son vendidos a parejas que no pueden tener hijos.

En Nigeria, las llamadas fábricas de hacer bebés son pequeñas instalaciones ilegales, que se venden como clínicas privadas, donde niñas y mujeres jóvenes embarazadas viven hasta dar a luz y posteriormente venden a sus bebés.

En algunos casos, son retenidas en contra de su voluntad y violadas antes de que sus bebés acaben en el mercado ilegal. Esta práctica es frecuente en los estados del sureste de Abia, Lagos, Anambra, Ebonyi, Enugu e Imo.

Según las agencias de seguridad nigerianas, se han cerrado alrededor de 200 fábricas en los últimos cinco años, pero se han abierto otras nuevas.

¿Por qué existen estas «fábricas»?

Existe un mercado floreciente de bebés para parejas que luchan por tener sus propios hijos y dispuestas a pagar entre 576 y 1.152 euros por recién nacido. Hay una mayor demanda de varones, estos suelen venderse a un precio más elevado que las niñas.

Clare Ohunayo, activista y educadora nigeriana, afirmó a DW que, mientras haya demanda de bebés, continuará esta práctica.

Abastecer la demanda

Ohunayo lo atribuye a los altos niveles de pobreza y al estigma que conlleva ser pareja sin hijos en Nigeria: «La desesperación que impulsa las fábricas de bebés tiene dos grupos de actores. El primer grupo está impelido por el miedo a la pobreza, debido a las condiciones socioeconómicas de Nigeria».

Según Ohunayo, los propietarios de estas instalaciones, donde están las menores y las mujeres, así como los hombres que las embarazan, se ven empujados a ello por la pobreza.

Una joven residente en Abuja dijo a DW: «La razón por la que esta industria está en auge es porque la gente está realmente estresada en términos de lucha por la vida diaria». 

Otro habitante de Abuya declaró a DW: «Estamos experimentando un aumento de la tasa de criminalidad debido a las dificultades y a la pobreza». 

Pero no todo el mundo culpa a la pobreza. «En realidad, creo que lo que está causando esta amenaza tiene que ver con la decadencia moral. La gente inmoral está desesperada por ganar dinero. Por eso se ven este tipo de cosas, pero creo que es muy malo», dice un hombre nigeriano.

Dar a luz a hijos tiene un valor importante en muchas sociedades africanas y, a menudo, las parejas que no pueden tener su propia descendencia, se enfrenta a la humillación, incluso por parte de los miembros de sus familias.

«Por otro lado, hay parejas sin vástagos que quieren evitar el estigma de no tener hijos», dijo Ohunayo, refiriéndose al otro actor, en este caso sociocultural, que se esconde tras las fábricas de bebés.

Acabar con el negocio de las fábricas de bebés

Florence Marcus, abogada del Centro de Defensa de los Derechos de las Personas con Discapacidad, con sede en Abuya, dijo a DW que existen leyes para ayudar a combatir estas prácticas.

«Esta cuestión de las fábricas de bebés es una grave violación de los derechos de las víctimas, especialmente de estas jóvenes que, a menudo, son llevadas a estas instalaciones sin su consentimiento», afirma. 

«La Ley de Prohibición de la Violencia contra las Personas prohíbe todas las formas de violencia contra las personas, en particular, contra las mujeres y las niñas. La ley proporciona la máxima protección y los recursos efectivos a las víctimas y también castiga a los infractores», explica.

Zakaria Dauda, portavoz de la Agencia Nacional para la Prohibición de la Trata de Personas, dijo a DW que la organización seguirá realizando detenciones y garantizando que los perpetradores sean castigados: «Sabemos que la mayoría de las víctimas del problema de las fábricas de bebés suelen ser niñas. Advertimos a la gente sobre los peligros de este tipo de acciones».

«Y a los que son sospechosos, los damos a conocer para que la gente también sepa que se está perpetrando un delito llamado venta de bebés», zanja Dauda. 

DW (rmr/ms)

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