La pelota volvió a rodar para Boca en el torneo Clausura, pero el estreno dejó más preguntas que certezas. El 0 a 0 ante Argentinos en La Paternal fue apenas un nuevo capítulo de una historia repetida: la de un equipo que empieza una y otra vez, pero no termina de despegar. Esta vez, con Miguel Ángel Russo en el banco tras el regreso del Mundial de Clubes, la expectativa era otra. Sin embargo, la presentación fue pálida, sin volumen de juego ni respuestas colectivas.
Argentinos, sin brillar, fue más claro en sus intenciones. Se adueñó de la pelota durante buena parte del encuentro, con un mediocampo que funcionó mejor y le permitió dominar el ritmo. Los dirigidos por Nicolás Diez, con Federico Fattori firme en la recuperación y buenos movimientos de Nicolás Oroz y Alan Lescano, lograron asfixiar a un Boca que se replegó más de lo deseado y tuvo problemas para conectar su mediocampo con los de arriba.
Miguel Merentiel fue, otra vez, el faro ofensivo de un equipo que no logra encontrarle compañía. Tuvo la jugada más clara del partido tras una gran asistencia de Carlos Palacios, pero su definición fue frustrada por un Diego Rodríguez atento y decisivo. El resto del ataque «xeneize» fue una sucesión de intentos aislados y pelotas divididas.
En defensa, algunos rendimientos individuales rescataron el punto: el debut de Marco Pellegrino fue correcto, Agustín Marchesín respondió cuando lo exigieron (pese a un error en salida que él mismo resolvió) y Rodrigo Battaglia mostró presencia en la mitad de la cancha. Son detalles positivos en una estructura que todavía no tiene cimientos firmes.
Argentinos no logró hacer valer la condición de local
Para Argentinos, el sabor fue amargo por no haber aprovechado su dominio territorial. Le faltó precisión en el último pase y profundidad para quebrar a un rival que se refugió demasiado.
La nota preocupante para Boca fue la lesión de Nicolás Figal, que tuvo que salir en el primer tiempo y encendió otra vez las alarmas en una defensa que ya venía golpeada por las bajas.
En definitiva, fue un empate que no dejó mucho. Boca volvió a mostrarse como un equipo inconcluso, con un libreto por escribir. El Clausura recién comienza, pero la sensación es conocida: la de un ciclo que arranca desde cero. La gran incógnita es si esta vez el camino tendrá continuidad… o si otra vez, en unas fechas, todo volverá a empezar.