Brasil quedó conmocionado por la muerte de Ronald Montenegro, un hombre de 42 años que se desplomó mientras hacía press de banca en un gimnasio de Olinda, en un accidente que se volvió viral. Según las imágenes, no logró sostener el peso y, pese a los intentos de auxilio inmediato, no pudo ser estabilizado.
Las imágenes del siniestro se difundieron ampliamente en redes y permitieron identificar a Montenegro, reconocido por su participación en la cultura local. En el video se observa que el deportista no pudo contener la barra y cayó con el peso sobre su pecho y cuello, lo que generó heridas de extrema gravedad.
La víctima fue trasladada consciente a la Unidad de Pronto Atención (UPA), pero llegó en paro cardiorrespiratorio y no logró sobrevivir. Según detallaron, levantaba 30 kilogramos por lado, más los 15 kilos aproximados de la barra.
Montenegro era una figura importante en la preservación de los icónicos muñecos gigantes, elementos centrales del histórico carnaval de Olinda. Su labor era considerada clave para mantener viva esa tradición cultural.
Las autoridades abrieron una investigación para determinar si en el gimnasio se cumplieron los protocolos de seguridad o si existió algún tipo de negligencia que pudiera haber contribuido al trágico desenlace.
Desmantelan en Brasil una granja de visualizaciones usada para inflar métricas en YouTube
La Policía Militar de Brasil desarticuló una granja de visualizaciones utilizada para inflar de manera artificial las métricas de videos musicales en YouTube, en un caso que rápidamente se volvió viral. El operativo reveló una instalación domiciliaria donde funcionaba un centro clandestino dedicado a manipular visualizaciones, accesos e interacciones mediante tecnología preparada para generar engagement fraudulento.
El allanamiento expuso una estructura compleja que operaba como un centro de manipulación digital: decenas de celulares y equipos informáticos estaban conectados y programados para simular reproducciones, accesos constantes y actividad en cuentas falsas. El objetivo era aumentar ilegalmente la participación y el volumen de visualizaciones, alterando así el ranking real de popularidad de contenidos musicales, algo que sorprendió a los paulistas por la magnitud del sistema descubierto.
Esta “granja” funcionaba como un servicio clandestino que vendía engagement artificial a terceros para dar una falsa impresión de éxito viral a ciertos artistas y sus producciones. El caso dejó en evidencia la existencia de mecanismos diseñados para manipular métricas tanto en redes sociales como en plataformas de streaming.
Las autoridades avanzaron en una investigación para identificar a los responsables de la operación y determinar qué artistas, promotores o intermediarios se beneficiaron del fraude, con el fin de definir eventuales responsabilidades penales y comerciales.

