El histórico inmueble de Tafí del Valle aguarda ahora por la nueva instalación museológica. Su puesta en funcionamiento está prevista para Semana Santa.
“Será un imperdible dentro del Circuito del Valle Calchaquí”, aseveró el presidente del Ente Tucumán Turismo, Sebastián Giobellina, después de recorrer las instalaciones de un Museo Jesuítico de La Banda que ayer concluyó su proceso de obra civil, a cargo de la constructora OSYM.
Los trabajos estuvieron orientados a devolver al edificio la fisonomía arquitectónica que tenía en 1716 y etapas posteriores, cuando estuvo ocupada y administrada por familias de Tafí del Valle. El próximo y último paso será la instalación de la muestra en sí, que tendrá un importante despliegue tecnológico que relatará la historia del valle y de la estancia en particular.
“Se trata de una obra muy esperada donde han intervenido diversos organismos del Estado, como la Dirección de Patrimonio del Ente Cultural y especialistas de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo”, contó Giobellina, quien visitó la estancia junto al intendente municipal, Francisco Caliva, y representantes de la empresa constructora.
“A razón de las estimaciones, tenemos proyectado que se encuentre funcionando en Semana Santa”, anticipó el titular del Ente.
Caliva, por su parte, celebró que los trabajos se encuentren ya “en un 80% de avance” y describió al espacio como “parte de nuestra cultura porque tiene la esencia de Tafí del Valle”.
“Nuestros ancestros tenían casas de adobe y piedra, muchas de las tradiciones que hoy atesoramos en nuestro municipio tienen su inicio en lugares como estos, como la producción de quesos”, explicó.
Como en los tiempos de los jesuitas
María Fernanda Castillo, representante técnica de OSYM, contó que el proceso de restauración y puesta en valor implicó un “trabajo complejo desde el descubrimiento en sí y el estudio de las patologías del inmueble, donde articulamos con un equipo técnico de arqueólogos, arquitectos e ingenieros”.
La profesional subrayó que, mientras transcurrían los arreglos, el grupo se fue interiorizando sobre la historia escondida detrás de cada muro. “Por eso la restauración se llevó adelante con artesanos de la zona ya que se trata de un trabajo que demanda la experiencia del local, no lo hace cualquiera”, explicó.
“La obra fue tratada con el cariño de una casa que los tafinistos sienten como propia”, dijo Castillo, y detalló que se usaron técnicas como barro, adobe y paja, que se cortaba a mano a una altura de 3.200 msnm y se bajaba a lomo de burro o mula.
“Dejamos el Museo como en aquellos tiempos, con la instalación de cámaras de vigilancia y sistema eléctrico nuevo. Hemos aprendido mucho del artesano de Tafí, así como ellos de nosotros porque este trabajo conjugó tecnología y costumbres ancestrales”, cerró.