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Cositorto negó haber estafado y aseguró que fue víctima de una persecución judicial y mediática

En la segunda jornada del juicio que se lleva adelante en Salta, Leonardo Cositorto negó haber cometido estafas y defendió el funcionamiento de Generación Zoe. El proceso judicial involucra también a cuatro integrantes de la oficina local: Ricardo, Jorge y Ana Lucía Vilardel, junto a Vilma Griselda Albornoz, acusados por estafas reiteradas y asociación ilícita. A las 8:30 de la mañana, el tribunal —integrado por los jueces Martín Pérez, Javier Aranibar y Leonardo Gabriel Feans— rechazó un pedido de nulidad presentado por la defensa del imputado. La abogada oficial Cecilia Martínez había señalado supuestas irregularidades, pero los jueces dictaminaron que no se vulneró el derecho a defensa, por lo que el juicio continuó con normalidad. Cositorto pidió declarar y habló durante más de una hora. Afirmó que es coach financiero, espiritual y de ventas, y relató el surgimiento de Fundación Zoe en 2017 en Colombia, su llegada a Argentina un año después y la creación de Generación Zoe. Negó las acusaciones: “No hubo intención de estafar, no me quedé con dinero de nadie. Siempre quise pagar. Estuve preso más de tres años, incomunicado varios días”, expresó. Según su relato, cuando fue detenido en República Dominicana no estaba huyendo, sino que se encontraba abriendo una nueva oficina. Sostuvo que todo funcionaba normalmente hasta febrero de 2022, momento en que una denuncia en Córdoba disparó una alerta internacional que bloqueó sus cuentas bancarias y su acceso a criptomonedas. Respecto a la oficina en Salta, aseguró que fue inaugurada en diciembre de 2021 y que designó como responsable a Ricardo Vilardel, a quien conocía por un curso de coaching. Según dijo, el equipo estaba conformado por familiares de Vilardel que solo brindaban soporte. Explicó que el dinero recaudado se enviaba para ser invertido en criptomonedas y operaciones de trading, y que todas las operaciones se hacían a través del Banco Santander. Indicó que en Salta hubo más de 600 inversores, pero solo 118 presentaron denuncias. “Nos acusaron de operar fuera del sistema legal y eso nos destruyó. Teníamos una comunidad, una criptomoneda y estructura. Nos bloquearon todo”, sostuvo. Además, negó haber ordenado cerrar la oficina local y defendió a los otros imputados: “Son inocentes. Hacían su trabajo y nada más”. En la misma jornada, ocho víctimas prestaron declaración. Relataron haber confiado sus ahorros a Generación Zoe y señalaron que muchos conocieron a Ricardo Vilardel en su rol de pastor, lo que generó un vínculo de confianza. También mencionaron que la promesa de altos rendimientos —de hasta un 7,5% mensual— fue determinante para invertir. La próxima audiencia se realizará este viernes desde las 8:00 con la participación de nuevos testigos damnificados.

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