Los jugadores Paulo Dybala, Leandro Paredes, Matías Soulé y Valentín Castellanos fueron los representantes de la selección argentina que se acercaron a la basílica de San Pedro para rendir homenaje al Papa Francisco, fallecido el lunes a los 88 años tras sufrir un derrame cerebral que derivó en un paro cardíaco.
La presencia fue encabezada por Dybala, quien formó parte de la delegación oficial de la Roma. El féretro del Sumo Pontífice fue visitado por la comitiva durante 15 minutos, en un gesto que fue interpretado como un fuerte mensaje de respeto y admiración hacia el líder espiritual argentino.
El histórico baldaquino de Bernini, en el Vaticano, fue testigo del silencioso homenaje de los futbolistas y dirigentes romanos, entre quienes también se encontraron el DT Claudio Ranieri y los capitanes del club. La despedida fue marcada por una gran emoción, compartida por miles de personas que también se acercaron al lugar.
Posteriormente, la comitiva de la Lazio también fue recibida en el templo vaticano. Valentín Castellanos se presentó junto al presidente del club Claudio Lotito, el entrenador Marco Baroni y otros referentes, como el capitán Mattia Zaccagni y el director deportivo Angelo Fabiani.
“Siempre me sorprendió su cercanía y la pasión que tenía por el fútbol”, expresó Dybala durante una conferencia de prensa en los Premios Laureus. “Es una pérdida muy grande, para los católicos, para el fútbol y para todos los argentinos. Tuve la fortuna de conocerlo tanto en Roma como en Juventus”.
Francisco fue reconocido como un apasionado hincha de San Lorenzo, y ese vínculo con el deporte lo mantuvo durante todo su pontificado. Un museo fue montado en el Vaticano en homenaje al fútbol, con especial presencia del CASLA y la selección argentina. La camiseta azulgrana con su nombre y el recuerdo del título local 2013 son parte de ese legado.
“De Jorge Mario Bergoglio a Francisco, hubo algo que jamás cambió: su amor por el Ciclón”.
La despedida de estos jugadores argentinos fue cubierta por los principales medios internacionales, y el homenaje fue considerado uno de los momentos más simbólicos del duelo mundial por la muerte del Papa.