El equipo vivió una jornada difícil, marcada por una derrota que dejó sensaciones encontradas. El rival supo capitalizar las pelotas paradas y los pelotazos, mostrando virtudes que reconocemos. Nosotros, en cambio, no logramos imponer nuestro juego ni sostener el resultado en momentos clave.
A pesar del dolor, el esfuerzo colectivo fue notable. Creemos que, jugando con esta entrega, perderemos menos partidos de los que vamos a ganar. Hoy nos faltó precisión, cometimos errores que nos costaron caro y no pudimos superar a un equipo que ya conocíamos bien, pero que volvió a imponerse.

En lo personal, me voy con bronca y tristeza. Tuve oportunidades que no pude concretar, y eso pesa. Estos partidos son finales, y hay que aprender a manejarlos con más madurez. Hicimos el 2-1 en un momento difícil, pero nos empataron enseguida, y eso nos golpeó anímicamente.
La gente siempre está, siempre nos apoya. Nos vamos con una deuda hacia ellos, pero con la certeza de que dejamos todo en la cancha. Ahora toca trabajar, mejorar y aprender de los errores. El camino sigue, y vamos a seguir luchando.
