El Ministerio de Seguridad de la Nación, liderado por Patricia Bullrich, anunció la captura de David Nazareno Ávila, un hombre vinculado al Estado Islámico que planeaba un atentado en el país. Conocido como “Naza”, fue detenido en General Roca, Río Negro, tras una operación de inteligencia que duró nueve meses.
El operativo, denominado “Vida”, contó con la participación de la Prefectura Naval Argentina, la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal y la colaboración del FBI.
“Este extremista representaba una amenaza concreta contra los argentinos y la seguridad nacional”, aseguró Bullrich en una conferencia de prensa.
El perfil del detenido y su actividad radical
El Ejército argentino expulsó a Nazareno Ávila, ex miembro voluntario, por indisciplina, y él contaba con conocimientos en el manejo de armas. Según la investigación, utilizaba redes sociales como Telegram, TikTok e Instagram para difundir propaganda jihadista, mensajes antisemitas y manuales para la fabricación de explosivos.
En grupos radicalizados en Telegram, Ávila expresaba su intención de cometer un atentado en Argentina, describiendo al gobierno como «sionista» y manifestando su deseo de convertirse en mártir. Incluso solicitó ayuda para aprender a fabricar explosivos, comunicándose con contactos internacionales.
La operación y el uso de agentes encubiertos
La captura de Ávila marcó un hito en las operaciones antiterroristas en el país, ya que fue la primera vez que se utilizó un agente encubierto virtual. Este agente infiltrado consiguió pruebas clave, incluidas confesiones y mensajes encriptados que permitieron rastrear sus actividades.
Según Bullrich, el detenido se encontraba en una etapa avanzada de planificación, conocida como “encomendarse”, un proceso en el que los terroristas reciben instrucciones para ejecutar sus misiones.
Implicancias del caso y la colaboración internacional
El operativo se realizó en conjunto con el FBI, que detectó la conexión de Ávila con “lobos solitarios” y redes extremistas internacionales. Además, su lugar de trabajo, una mensajería en General Roca, estaba ubicada cerca de un comercio vinculado a la comunidad judía, un dato que alertó a los investigadores.
Las autoridades detuvieron a Ávila el 9 de enero, y actualmente está bajo la custodia del juez federal Adrián González Charvay. Las pruebas recopiladas por el agente encubierto serán fundamentales en el juicio, que promete ser un precedente en los casos de terrorismo en Argentina.
“El mal avanza cuando los buenos no hacen nada”, enfatizó Bullrich, destacando la importancia de la cooperación internacional y las nuevas herramientas tecnológicas en la lucha contra el terrorismo.
La detención de Ávila pone en evidencia la amenaza latente del terrorismo internacional en el país y el desafío de prevenir estos actos antes de que se materialicen. Para el Ministerio de Seguridad, este caso es una prueba de que las fuerzas nacionales están capacitadas para enfrentar este tipo de amenazas en colaboración con agencias internacionales.