El mercado cambiario argentino ha sido sorprendido por una fuerte revalorización del peso, impulsada por la reciente política monetaria del Gobierno. Este fenómeno ha sido aprovechado por inversores y bancos, que recomiendan estrategias de carry trade como principal herramienta para obtener mayores rendimientos en dólares, aun cuando la operatoria se realiza en pesos.
La cotización del dólar mayorista, que había alcanzado los $1.200, fue llevada hacia abajo y se estabilizó cerca de los $1.084,50, empujada por la necesidad de liquidez y la liquidación de divisas del sector agroexportador. Como resultado, la moneda estadounidense ha sido desplazada hacia el piso de la banda de intervención establecida por el BCRA, que este mes se ubica en $999,50.
El esquema de bandas, que permite un ajuste del 1% mensual, fue diseñado para mantener un tipo de cambio controlado, lo que a su vez ha incentivado operaciones especulativas en moneda local. El mecanismo de carry trade está siendo impulsado por la venta de dólares, con los pesos obtenidos reinvertidos en instrumentos de renta fija que ofrecen tasas más atractivas.
Entre los activos recomendados por las principales financieras, fueron incluidos Boncer, Boncap, Lecap y Plazos Fijos, que ofrecen rendimientos estimados de hasta el 25% en dólares, en caso de mantenerse el tipo de cambio dentro de la banda actual.
Desde Adcap Grupo Financiero, se indicó que “la exposición en pesos fue sugerida si el tipo de cambio se acerca al piso de la banda”, destacando los bonos TZXD6 y TZXD7 como opciones preferidas. También se remarcó la resiliencia de los bonos indexados a la inflación, los cuales podrían superar el rendimiento de los bonos en dólares si la inflación no baja al ritmo esperado.
Quantum Finanzas señaló que instrumentos como el Boncap T15D5 y el S30J5 podrían ofrecer ganancias de 12% a 24% en dólares, si el tipo de cambio se mantiene en el rango entre $1.250 y $1.400. Esta estrategia, basada en una ganancia por diferencial de tasas, fue favorecida por la reapertura del MULC a inversores extranjeros, lo que incrementó el ingreso de capitales especulativos de corto plazo.
Según Juan Manuel Franco, de SBS, “la apreciación del peso fue favorecida tanto por flujos reales como por expectativas futuras”, en especial debido a la temporada alta de liquidación del agro, motivada por la reimposición de retenciones desde julio.
El economista Gustavo Ber concluyó que “el dólar oficial continúa siendo presionado hacia la baja, debido a una combinación de mayor oferta del agro y estrategias de carry trade renovadas, incluso desde el exterior”.
Con reservas que ya se acercan a los USD 39.000 millones tras el acuerdo con el FMI, y una base monetaria anclada en $47,7 billones, la apuesta financiera del Gobierno ha sido reforzada con señales de estabilidad, aunque persiste la incógnita sobre cuánto tiempo podrá sostenerse esta rentabilidad sin sobresaltos cambiarios.