Marcelo Crivella, evangélico, decidió recortar el financiamiento para los desfiles de esta edición.
En Brasil, el carnaval en Río de Janeiro es uno de los eventos más importantes del año. Sin embargo, el alcalde evangélico Marcelo Crivella confesó que no comulga con la fiesta y decidió recortar a la mitad las subvenciones para el desfile de este año.
Luego de pensar incluso en suspender el desfile de carnaval más famoso del mundo, las trece escuelas aceptaron seguir la fiesta y apelaron a la creatividad: reaprovecharon estructuras antiguas.
Muchas escuelas ven el recorte de financiamiento como la concreción de una guerra anunciada, pero Crivella argumenta que tomó la medida basándose en la grave crisis que atraviesa la ciudad que recibió los Juegos Olímpicos en 2016.
Marcelo Alves, presidente de la oficina de turismo de Río de Janeiro, sostiene: «No podemos ser irresponsables de aportar todos los recursos que no tenemos para una acontecimiento y dejar a los otros con dificultades. Estamos buscando caminos, no hay una cuestión política ni tampoco religiosa».