En la última jornada de julio, el mercado cambiario volvió a mostrar signos de fuerte presión. El dólar oficial trepó a un nuevo máximo nominal desde la salida del cepo, al cerrar a $1.330 para la compra y $1.380 para la venta en las pantallas del Banco Nación.
La moneda estadounidense saltó $80 en las últimas dos ruedas del mes, consolidando una suba mensual de $165 en julio.
Por su parte, el dólar blue también registró movimientos alcistas: avanzó $15 en la última rueda y se ofreció a $1.315 para la compra y $1.335 para la venta. A lo largo del mes, el informal acumuló un incremento de $120.
Sin embargo, si se considera el comportamiento desde el inicio del nuevo esquema cambiario, el pasado 14 de abril, la divisa infomal muestró una baja acumulada de $40, reflejando la volatilidad del mercado paralelo en el contexto de tensión financiera e incertidumbre económica.
¿Cuáles son los factores que impulsaron la suba del dólar?
De acuerdo con economistas, uno de los factores que explican la reciente presión sobre el tipo de cambio es la estacionalidad, vinculada a la disminución en las liquidaciones de divisas por parte del sector agroexportador desde mediados de mes.
Otro elemento clave que se hizo más evidente en las últimas dos semanas es el aumento de la liquidez en pesos en el mercado, parte de la cual se canaliza hacia la demanda de dólares.
Finalmente, se suma la típica demanda preelectoral de divisas como mecanismo de cobertura, un comportamiento recurrente en la antesala de procesos electorales, según lo registrado en episodios anteriores.
“Hoy se liquida el vencimiento por $2,8 billones correspondiente a la licitación del Tesoro del martes. Tal como señalaron miembros del equipo económico, parte del excedente de pesos será absorbido a través de encajes, tras los recientes cambios en la regulación de los fondos money-market. Esta inyección de liquidez coincide con renovadas presiones sobre el tipo de cambio», indicó Max Capital.
Gabriel Arguissain, analista de Novus AM, dijo que “el mercado está digiriendo un nuevo esquema. Hace una semana desaparecieron las LEFI y, si bien se sabía que eso iba a pasar, por algún motivo el mercado no lo asimiló como el Gobierno hubiera querido”.
“La reacción fue de muchísima volatilidad, lo que obligó al Banco Central a tomar medidas para quitar liquidez de la plaza. Nada flota libremente, porque en definitiva el Gobierno opera a futuro, e interviene en las tasas –aunque se buscaba que fueran endógenas–”, señaló.

