El aumento de las jubilaciones y la Asignación Universal por Hijo impulsó un fuerte incremento del gasto en febrero, lo que llevó al Gobierno a redoblar los recortes en subsidios, salarios estatales y obra pública. Según estimaciones privadas, el gasto primario creció un 10,8% interanual, mientras que en el primer bimestre del año la suba alcanzó el 15,5%.
Este crecimiento estuvo impulsado principalmente por el ajuste de haberes previsionales y programas sociales, cuya actualización está atada a la inflación. Las jubilaciones y pensiones aumentaron un 32,1% en términos reales, mientras que las asignaciones familiares y la AUH registraron un alza del 35%. Por otro lado, las transferencias a provincias también crecieron un 49,9%.

En contraposición, el gasto en obra pública y subsidios económicos se desplomó un 68,3% y un 55,6%, respectivamente. El ajuste fue más marcado en energía (-59,3%) y transporte (-50%). El Gobierno apuesta a profundizar esta estrategia para compensar la menor liquidez fiscal y cumplir con las metas de superávit acordadas con el Fondo Monetario Internacional.
Según estimaciones, el haber mínimo aumentó un 54,8% real en el último año, aunque el impacto de los bonos previsionales se redujo un 23,7% en el mismo período. En caso de que la inflación continúe desacelerándose, el gasto en jubilaciones podría incrementarse un 12,9% anual, pero si se acelera, el aumento sería menor, del 6,6%. Esto se debe a que los haberes se ajustan con dos meses de rezago.
El Gobierno busca garantizar el equilibrio fiscal en 2025, pero enfrenta desafíos. En 2024, hubo ingresos extraordinarios que no se repetirán, como el impuesto PAIS y otras medidas impositivas del paquete fiscal. La eliminación de derechos de exportación también implicará un costo fiscal de hasta USD 1.000 millones según proyecciones privadas.
El FMI sigue de cerca la evolución del gasto público y ha planteado la necesidad de ajustes estructurales. En su último informe, destacó que, si bien el Gobierno logró un rápido superávit, deberá avanzar en reformas fiscales duraderas. Entre los puntos señalados por el organismo están la reducción de subsidios, la sostenibilidad del sistema previsional y una menor rigidez fiscal.
Con este escenario, el Ministerio de Economía evalúa nuevas medidas para evitar que el incremento del gasto desestabilice el ajuste fiscal. La reducción de la masa salarial pública y un mayor ajuste en subsidios son algunas de las opciones en análisis. El objetivo es sostener el superávit y asegurar un nuevo acuerdo con el FMI, clave para la estabilidad económica del país.

