En una operación que no se concretaba desde hace siete años, el Gobierno nacional logró captar fondos del exterior mediante la colocación de un bono por U$S 1.000 millones, destinado a fortalecer las reservas del Banco Central. El título, emitido bajo legislación argentina, registró una demanda total de U$S 1.694 millones por parte de 146 inversores.
El ministro de Economía, Luis Caputo, celebró el resultado de la licitación a través de sus redes sociales. “Excelente noticia. Poder refinanciar vencimientos de capital es trascendental”, afirmó. La colocación también fue destacada por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, quien aseguró que los recursos permitirán robustecer las reservas “sin aumentar la deuda”.
El nuevo Bonte 2030 pagará una tasa del 29,5% anual, cifra que algunos analistas consideran elevada, aunque atractiva en el contexto financiero actual. A pesar de las expectativas de una inflación cercana a cero para el próximo año, según el pronóstico oficial, la demanda superó ampliamente la oferta inicial.
En la subasta se adjudicaron $ 1,15 billones, equivalentes a los U$S 1.000 millones previstos, con un valor de $ 1.150 por dólar. La emisión forma parte de una estrategia del Gobierno para cumplir con las metas del acuerdo vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que exige una acumulación de reservas netas del orden de los U$S 5.000 millones.
Además del Bonte, la Secretaría de Finanzas también adjudicó $ 8,56 billones en la licitación habitual de instrumentos en pesos, alcanzando un rollover del 126,28% sobre los vencimientos del día, y del 100,12% si se incluyen los pagos realizados la semana anterior.
El analista Alan Versalli destacó que una de las claves del éxito de la emisión fue la posibilidad de que los inversores se desprendan del bono a partir del 27 de mayo de 2027, lo que funcionaría como una garantía dentro del último año del actual mandato presidencial. En la misma línea, el economista Gustavo Ber evaluó que la licitación fue “muy buena”, sostenida por el apetito por bonos en pesos en un escenario de estabilidad cambiaria.