El Santo Padre aceptó la renuncia de Gabriel Mestre, que llegó a ese cargo desde Mar del Plata. No hubo explicaciones oficiales, pero la decisión causó un enorme impacto. “Es una bomba, sí”. De esta manera, una voz calificada de la Iglesia Católica describió el enorme impacto que generó hacia adentro del mundo eclesiástico la decisión tomada por el papa Francisco de aceptarle la renuncia al arzobispo de La Plata, Gabriel Mestre que tiene 55 años, a menos de nueve meses de haberlo designado. El purpurado había llegado a ese cargo después de ser obispo de Mar del Plata.