El Papa Francisco, de 88 años, sufrió una caída este jueves en la residencia de Santa Marta, ubicada en el Vaticano, que le provocó una contusión en el antebrazo derecho. Según informó la Santa Sede a través de un comunicado oficial, no se registraron fracturas, aunque el brazo fue inmovilizado como medida preventiva.
«Esta mañana, a causa de una caída en la residencia de Santa Marta, el Papa Francisco tuvo una contusión en el antebrazo derecho, sin fractura», señaló el breve comunicado difundido por el Vaticano y replicado por la agencia AFP.
A pesar del accidente, el Sumo Pontífice decidió continuar con su agenda diaria, lo que incluyó recibir en audiencia a dos delegaciones: una de religiosos albaneses y otra de religiosos argentinos.
Este hecho reafirma su voluntad de cumplir con sus compromisos a pesar de las dificultades físicas que enfrenta.
Un Pontífice activo a pesar de los desafíos de la edad
El Papa Francisco ha demostrado en diversas ocasiones su resiliencia ante problemas de salud. A sus 88 años, el líder de la Iglesia Católica continúa llevando adelante un ritmo de trabajo intenso, a pesar de las intervenciones quirúrgicas y dolencias previas.
El incidente, que no pasó a mayores, ha generado muestras de preocupación y apoyo en redes sociales y entre los fieles, quienes destacan su fortaleza y dedicación a su misión pastoral.
Francisco, quien reside en la Casa Santa Marta desde el inicio de su pontificado en 2013, mantiene un estilo de vida sobrio y accesible, lo que ha sido una característica distintiva de su liderazgo.
Un mensaje de tranquilidad
El Vaticano no brindó mayores detalles sobre las circunstancias de la caída, pero dejó en claro que el estado general del Papa es bueno y que no hubo necesidad de alterar su agenda. Su decisión de mantener los encuentros programados del día fue vista como un gesto de compromiso y tranquilidad para la comunidad católica mundial.
El Pontífice continúa siendo un símbolo de cercanía y dedicación, incluso frente a los desafíos que conlleva su avanzada edad.