InicioPaísEl presidente Javier Milei participó del Tedeum en la Catedral Metropolitana

El presidente Javier Milei participó del Tedeum en la Catedral Metropolitana

El mandatario estuvo acompañado por sus ministros en el 214° aniversario de la Revolución de Mayo.

El presidente Javier Milei participó del tradicional Tedeum del 25 de mayo en la Catedral Metropolitana, donde era acompañado por sus ministros y la vicepresidenta Vitctoria Vullarruel. La ceremonia fue brindada por el arzobispo porteño, Jorge Ignacio García Cuerva.

«Nuestra gente está haciendo un esfuerzo muy grande, no podemos nosotros ‘hacernos los tontos». Hay que acompañar con hechos y no solo con palabras ese enorme esfuerzo; por eso siguen doliendo algunas acciones de la dirigencia divorciadas de la ciudadanía de a pie, como los tan comentados ‘auto aumentos’ de sueldos de hace algunas semanas», cuestionó García Cuerva

De la celebración también participaba el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri. «Trabajar unidos para evitar el dolor es el espíritu de la homilía», dijo el jefe de Gobierno porteño.

El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, participó del Tedeum

«El mensaje que compartiré quiere ser un aporte a la luz de la palabra de Dios para la reflexión de todos los actores de la sociedad argentina, convencido de que entre todos construimos la  Patria, más allá de saber que, luego, puedan ser tomadas algunas frases aisladas para querer alimentar la fragmentación«, aseguró el cardenal primado de la Argentina al iniciar la ceremonia eclesiástica en la Catedral Metropolitana.

Y continuó: «Hoy nos ponemos delante de Dios como nación y le pedimos que nos cure, porque parecemos tener las manos paralizadas para el encuentro que construye fraternidad, las manos paralizadas para abrazar a los heridos por la soledad y la tristeza, las manos paralizadas para ser solidarios con los que menos tienen».

«Y también le pedimos a Dios que nos preserve de las manos manchadas de sangre por el narcotráfico, de las manos sucias de la corrupción y la coima, de las manos en el bolsillo del egoísmo y la indiferencia», señaló García Cuerva.

En su homilía, el arzobispo expresó: «Tenemos que tomarnos en serio las parálisis de nuestro pueblo. Sabemos que hay parálisis que no se pueden procrastinar: su postergación en nombre de un futuro prometedor generarían consecuencias nefastas por irreversibles en la vida de las personas y por lo tanto de toda la sociedad, un precio muy alto a pagar que no nos podemos permitir: la malnutrición en la primera infancia, la falta de escolarización y accesibilidad a los servicios de salud, los ancianos y jubilados incapaces de sostenerse diariamente con un mínimo de dignidad, son algunos de esos ejemplos impostergables«.

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