El ministro de Defensa, Luis Petri, participó de un encuentro organizado por el Rotary Club de Buenos Aires, donde destacó su firme compromiso con la revalorización y fortalecimiento de las Fuerzas Armadas.
«Hoy vengo a hablar del rol de las Fuerzas Armadas en un gobierno que las valora, que las quiere y que las reivindica», comenzó Petri, enfatizando la importancia de comprender el diagnóstico y la situación heredada en cuanto a adiestramiento, equipamiento, doctrina y legislación que regula el accionar de las Fuerzas.
El ministro destacó que «a la hora de hacer un diagnóstico uno necesariamente tiene que cortar en dos periodos lo que ha sido el tratamiento de los sucesivos gobiernos a las Fuerzas Armadas».
Y añadió: «Los primeros 20 años desde la recuperación de la democracia se caracterizaron por el desfinanciamiento de las Fuerzas Armadas», ya que «la política consideraba que nuestras fuerzas podían ser un factor de desestabilización institucional». Además, la guerra de Malvinas limitó las posibilidades de equipamiento debido a «restricciones y vetos por parte de Reino Unido, finalmente, el cuadro de situación se agravó a partir del 2003, con un aumento del destrato y la demonización hacia las Fuerzas Armadas”.
En esa línea, Petri aseguró: «Las políticas de defensa deben estar centradas en la libertad, la vida de las personas, la integridad territorial, la autodeterminación, la independencia y la soberanía, pero ese eje cartesiano se había corrido y las políticas de defensa se montaban en un eje vinculado a los derechos humanos y las políticas de género”.
«Uno de los grandes desafíos que tenemos es el reequipamiento de nuestras Fuerzas Armadas, comenzando por recuperar nuestra capacidad supersónica para garantizar la soberanía de nuestro espacio aéreo, algo que no estaba asegurado desde que en 2015 se desprogramaron los Mirage», explicó el titular de la cartera.
“Argentina es el octavo país más extenso del mundo, con un formidable litoral marítimo, lo que exige tener Fuerzas Armadas equipadas. Por eso, hemos realizado la compra más importante desde la vuelta de la democracia: los F-16”, y agregó: «Este reequipamiento permitirá a Argentina recuperar capacidades perdidas y responder a nuevas amenazas, incluidas aquellas de origen no estatal como grupos paramilitares y terroristas».
El ministro destacó la necesidad de que las Fuerzas Armadas amplíen su rol reforzando su presencia en las zonas de seguridad de frontera para proteger la soberanía e integridad territorial. «Es necesario corregir esta situación. Próximamente modificaremos este decreto para que nuestras Fuerzas Armadas puedan actuar ante amenazas terroristas y reforzar la seguridad en las zonas de frontera, especialmente en el norte del país».
En ese sentido, el ministro Petri subrayó que esta tarea corresponde primariamente a las Fuerzas de Seguridad, pero las Fuerzas Armadas podrán complementarla en situaciones específicas. Además, aclaró que no se trata de involucrarlas en la seguridad interna, sino de asegurar su participación en el control fronterizo y en la cooperación con países vecinos para enfrentar los desafíos que emergen de la criminalidad organizada, la pesca y minería ilegal, la trata de personas y el narcotráfico.
Petri también rindió homenaje a los veteranos de Malvinas y celebró el regreso de los desfiles militares, reafirmando el compromiso de la actual administración con la puesta en valor de las Fuerzas Armadas como garantes de la seguridad y soberanía nacional.
«Esa revalorización no solamente tiene que ver con el equipamiento o con la modernización de la legislación, tiene que ver con acompañar y reivindicar el quehacer diario de nuestras fuerzas y en eso es lo que estamos trabajando desde el 10 de diciembre con el presidente Javier Milei”, concluyó.