Durante la renovación de un parque infantil en Wooler, Inglaterra, fueron halladas más de 170 bombas de práctica de la Segunda Guerra Mundial. Los artefactos, que aún contienen carga, están siendo retirados por especialistas del Ministerio de Defensa británico.

El primer hallazgo ocurrió el mes pasado, cuando los obreros encontraron dos bombas mientras excavaban los cimientos de Scotts Park. Tras una inspección más profunda, se descubrieron 155 artefactos adicionales en un área de 21 metros cuadrados. Hasta el momento, el número total asciende a 176, aunque se teme que puedan encontrarse más.

El concejal Mark Mather explicó que solo se ha despejado un tercio del parque y que existe la posibilidad de hallar nuevas fosas con más municiones. “Es impactante pensar que los niños han estado jugando sobre bombas”, expresó en declaraciones a la prensa británica.

Los explosivos, que pesan entre 3 y 4 kilos, fueron identificados como municiones de práctica utilizadas por la Guardia Nacional durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque su carga es menor a la de bombas convencionales, los expertos advierten que podrían causar lesiones graves si se manipulan incorrectamente.

Andrew Stewart, historiador de la Universidad Nacional de Australia, explicó que estos artefactos fueron enterrados por soldados al finalizar la guerra. “Había un gran agotamiento en ese momento, por lo que muchos intentaron deshacerse rápidamente del material militar”, señaló.

Casos similares han sido reportados en el Reino Unido en los últimos años. Según datos del Ministerio de Defensa, se han asegurado al menos 450 bombas alemanas desde 2010. En febrero pasado, una bomba de 500 kilos fue encontrada en Plymouth, lo que provocó una de las mayores evacuaciones desde el final de la guerra.

Las autoridades de Wooler han garantizado que el parque infantil será rehabilitado solo después de que la zona sea certificada como segura. Entretanto, los trabajos de remoción continúan con extrema precaución.