El martes 1° de este mes, Yun Hsing Chen, o “Luis”, según se llamaba a sí mismo, fue arrestado por la Policía de la Ciudad en su consultorio de Flores, ubicado sobre la calle Paez, donde atendió durante casi 20 años. Practicaba acupuntura, a simple vista, uno de tantos acupunturistas en territorio porteño. De 61 años, registrado como vendedor de comidas en la ex AFIP, Chen ofrecía otros servicios de posible índole médica, sin título habilitante. “Traumatología”, listaba entre otros una hoja A4 impresa en el lugar, cargado de fármacos inyectables, cremas y pastillas. Lo arrestaron por el delito de ejercicio ilegal de la medicina, en una causa a cargo del fiscal Pablo Recchini, bajo la firma de la jueza Karina Zucconi. Pero lo que habría ocurrido en su camilla durante años era el mayor problema.
Las denuncias fueron realizadas por dos mujeres, quienes relataron abusos sufridos entre 2007 y 2023. Las prácticas eran presentadas como técnicas alternativas, pero habrían sido utilizadas para cometer ataques sexuales encubiertos como tratamientos corporales. Una de las víctimas tenía antecedentes de tratamiento psiquiátrico, lo que, según la causa, habría sido aprovechado por el acusado para manipularla emocional y físicamente.
El tratamiento comenzó con una técnica llamada digitopuntura, sin embargo, la víctima no sabía bien qué hacía Chen. Le contó al encartado sobre los problemas de salud que había tenido su madre, en las mamas y en los ovarios, y que el imputado, por una cuestión preventiva, orientó la práctica a esas zonas, en función de esos antecedentes, a la vez que le dijo que iba a tratar su menstruación. Para ello, le pedía que se quitara el pantalón, y durante varias sesiones ella se encontraba en bombacha y corpiño”, asegura el expediente.
“En ese contexto, indicó en qué consistía el tratamiento, haciendo hincapié en que dejó de ser un tema de la tiroides y pasó a ser de todo el cuerpo. Para ello, Chen solía pasarle varias veces la mano por la zona de la ingle, para lo cual utilizaba aceites”, continúa la causa. Luego, profundizó sus presuntos abusos.
A fines de 2022, “en el marco de una sesión de acupuntura”, la víctima en denunciarlo se encontraba recostada en la camilla. Chen parado detrás de su cabeza, repentinamente le lamió los pechos, detalla la imputación. La escena que sigue es aberrante: “Cuando sacó su boca, la hizo tocar la zona y le preguntó “¿Ves que salió el nudo?” Segundos más tarde, la besó en la boca.
Meses después, Chen le pidió que ella misma le administrara acupuntura, porque el falso médico se había contracturado al tomar un vaso de agua helada. La esperó en su consultorio en calzoncillos, con una erección. En marzo de 2023, tras encontrarla en el Parque Rivadavia, la tomó del brazo y la besó por la fuerza
Otra mujer se sumó a la causa, relatando ataques sufridos entre 2007 y 2008, cuando había acudido al lugar por problemas gastrointestinales. Los testimonios fueron respaldados por el psiquiatra y la psicóloga de la denunciante, quienes ratificaron el relato.
Ambas denunciantes fueron evaluadas por el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema, que concluyó que la sintomatología descripta “resulta compatible con victimización por abuso”. Este informe fue considerado clave por el fiscal Recchini para sustentar la acusación.

El imputado se presentaba como maestro del Tao y se comunicaba con sus pacientes a través de un traductor online, ya que su dominio del español era limitado. La relación de confianza fue aprovechada para vulnerar a las víctimas, quienes lo conocieron a través de espacios vinculados a prácticas orientales y terapias alternativas.
Los ataques fueron cometidos en el marco de sesiones de falso tratamiento, durante las cuales se habría manipulado a las pacientes con pretextos de salud ginecológica o energética. Uno de los hechos denunciados incluye un acceso carnal, lo que agrava la situación judicial del acusado.
El caso fue elevado por la UFEM, unidad especializada en violencia de género, tras haberse tomado declaración a las víctimas y reunido pruebas médicas y testimoniales. La Justicia continúa la investigación para determinar si existen más damnificadas.