El presidente Javier Milei desató una tormenta política y financiera tras promocionar la criptomoneda $LIBRA en su cuenta de X (antes Twitter). En cuestión de horas, el activo pasó de valer prácticamente cero a alcanzar una capitalización de 4.000 millones de dólares, antes de desplomarse abruptamente. El episodio dejó un tendal de damnificados, puso en jaque la credibilidad del Gobierno y despertó pedidos de juicio político e investigaciones parlamentarias.
El tuit que lo cambió todo
A las 19:01 del viernes 14 de febrero, Milei publicó un mensaje en X apoyando el lanzamiento de $LIBRA, un token vinculado a la empresa KIP Protocol. En pocos minutos, miles de seguidores y pequeños inversores compraron el activo, haciendo que su valor se disparara exponencialmente. Entre los principales promotores del activo estuvieron figuras cercanas al oficialismo, como el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem; los diputados José Luis Espert y Damián Arabia; y el influencer libertario Daniel “El Gordo Dan” Parisini.
Pero la euforia duró poco: en cuestión de horas, los principales inversores retiraron cerca de 90 millones de dólares y la moneda colapsó, perdiendo más del 85% de su valor. Para los expertos, se trató de un caso clásico de «rug pull», una estafa en la que los creadores de un activo digital lo inflan artificialmente para luego abandonarlo y quedarse con el dinero de los inversores.
El silencio y la reacción tardía
En las primeras horas tras la caída de $LIBRA, el presidente mantuvo un llamativo silencio. Mientras miles de damnificados pedían explicaciones y la oposición denunciaba una posible estafa, el tuit promocional seguía fijado en su perfil.
Recién a las 00:38 del sábado, Milei eliminó el posteo original y publicó un mensaje de aclaración:
«Hace unas horas publiqué un tweet apoyando un supuesto emprendimiento privado del que obviamente no tengo vinculación alguna. No estaba interiorizado de los pormenores del proyecto y, luego de haberme interiorizado, decidí no seguir dándole difusión (por eso he borrado el tweet)».
A su vez, el presidente atacó a la oposición, acusándola de intentar aprovechar la situación para dañarlo políticamente.
Al mismo tiempo, KIP Protocol emitió un comunicado en el que aseguraba que Milei no estaba involucrado en el proyecto, pese a que el propio mandatario había reconocido haberse reunido con sus responsables en octubre del año pasado.
Denuncias, investigaciones y juicio político
El sábado por la mañana, la reacción política ya era un hecho. Desde el socialismo, el diputado Esteban Paulón presentó un pedido de informes para que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, explique la intervención de Milei en la promoción de $LIBRA.
Otros referentes opositores fueron más allá y plantearon la posibilidad de iniciar un juicio político. El presidente de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, sostuvo que el mandatario podría haber violado la Ley de Ética Pública, la Ley de Administración Financiera y el Código Penal. «Estamos ante un posible caso de estafa, defraudación y lavado de activos», advirtió.
Desde la UCR, Martín Lousteau comparó el escándalo con el caso de los bolsos de José López y sugirió que Milei fue «partícipe necesario» del fraude. En la misma línea, Cristina Kirchner ironizó: «De Hayek pasaste a Ponzi», mientras que el gobernador bonaerense Axel Kicillof aseguró que el presidente «infló el valor de la criptomoneda aprovechándose de su investidura».
El bloque de Unión por la Patria anunció que pedirá el juicio político de Milei, mientras que Miguel Ángel Pichetto, de Encuentro Federal, exigió que el mandatario explique quiénes fueron los beneficiados de la operación.

La versión del fundador de $LIBRA
El escándalo sumó un nuevo capítulo el sábado por la noche, cuando Hayden Mark Davis, fundador de $LIBRA, publicó un video en el que aseguró que Milei y su equipo habían garantizado su apoyo al proyecto, pero luego cambiaron de postura.
«Milei inicialmente respaldó y promovió activamente $LIBRA en sus redes. Sus asociados me habían asegurado que su respaldo continuaría, pero repentinamente retiraron su apoyo y eliminaron las publicaciones», denunció Davis, sugiriendo que el Gobierno abandonó la criptomoneda para despegarse del escándalo.
El Gobierno se autoinvestiga
La Casa Rosada reaccionó con un comunicado en el que anunció la creación de una Unidad de Tareas de Investigación (UTI) para esclarecer el caso. Según el documento, la unidad estará compuesta por organismos vinculados a criptoactivos, lavado de dinero y actividades financieras. Además, se le dio intervención a la Oficina Anticorrupción para evaluar si algún funcionario, incluido Milei, incurrió en una conducta indebida.
Desde el oficialismo, Patricia Bullrich intentó minimizar el caso, asegurando que se trató de un «intento de la casta» para destituir a Milei. En la misma línea, el macrista Diego Santilli rechazó la posibilidad de un juicio político: «No lo vamos a permitir».
Las dudas que persisten
A nivel internacional, el escándalo llegó a los principales medios, incluido The New York Times. Mientras tanto, en Argentina crece la incertidumbre sobre el impacto financiero que podría tener la caída de $LIBRA en los mercados.
El lunes será clave: si bien Wall Street no operará por el feriado en EE.UU., se espera la reacción de los mercados locales y la respuesta del Gobierno en la conferencia de prensa de Manuel Adorni.
Más allá de las investigaciones, la gran incógnita sigue sin respuesta: ¿Milei fue víctima de una estafa o partícipe de una maniobra financiera que terminó en escándalo?