La escalada del conflicto entre Irán e Israel dejó hasta el momento un saldo trágico: el Ministerio de Salud iraní confirmó este viernes que al menos 430 personas murieron y más de 3.500 resultaron heridas tras una semana de ataques aéreos israelíes sobre su territorio. Las autoridades del país persa advirtieron que el número de víctimas podría aumentar en las próximas horas debido al estado crítico de muchos heridos y al colapso de varios hospitales.
Según detallaron desde Teherán, entre las víctimas se encuentran decenas de civiles, incluidos niños. Uno de los episodios más graves ocurrió en la ciudad de Qom, donde un misil impactó en un edificio residencial y provocó la muerte de una adolescente. El gobierno iraní denunció bombardeos en zonas densamente pobladas, calificando las acciones como ataques deliberados contra la población civil.
Además de los daños humanos, los ataques también afectaron fuertemente la estructura del régimen iraní. En apenas siete días de ofensiva, al menos 30 militares y 12 científicos nucleares habrían muerto en operativos israelíes dirigidos contra objetivos estratégicos. Desde el gobierno afirmaron que se trata de la ofensiva más severa sufrida por Irán desde la Revolución Islámica de 1979.
Por su parte, Israel también reportó víctimas como consecuencia de los contraataques iraníes. Las autoridades hebreas informaron que más de 450 misiles y 400 drones fueron lanzados hacia su territorio, provocando la muerte de 24 personas y dejando un saldo superior a los 1.200 heridos.
La tensión en Medio Oriente continúa en aumento, mientras la comunidad internacional advierte sobre el riesgo de una guerra regional de consecuencias imprevisibles.

