TEL AVIV, Israel.- El Ejército israelí afirmó que la evacuación de Gaza es inevitable antes de ampliar su ofensiva contra Hamas, medida que, según grupos de ayuda en el terreno, agravará la crisis humanitaria en la Franja, que ya es “catastrófica”.
“La evacuación de la ciudad de Gaza es inevitable”, escribió en X el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en árabe, Avichay Adraee, al tiempo que aconsejaba a los residentes de la ciudad que se prepararan para salir.
Dijo que las fuerzas israelíes han inspeccionado vastas áreas vacías al sur de la ciudad “para ayudar a los residentes en evacuación tanto como sea posible”. Adraee aseguró que los desplazados recibirían espacio para tiendas de campaña y que se crearían infraestructuras para distribuir ayuda y agua.
“Cada familia que se traslade al sur recibirá la ayuda humanitaria más generosa, en la que se está trabajando actualmente”, explicó en X. Pero los grupos de ayuda han advertido de que una ofensiva militar israelí ampliada podría empeorar la crisis humanitaria en el territorio, donde la mayoría de sus más de dos millones de residentes están desplazados, los barrios yacen en ruinas y se ha declarado la hambruna en la ciudad de Gaza.
Más del 80% de Gaza está designada como zona militar israelí o sujeta a órdenes de desplazamiento, según declaró en junio la agencia humanitaria de la ONU. Israel ha seguido adelante con sus planes de movilizar a decenas de miles de reservistas y el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha afirmado que el Ejército lanzará su ofensiva al tiempo que persigue un alto el fuego.
Hamas declaró la semana pasada que había aceptado una propuesta de alto el fuego presentada por mediadores egipcios y qataríes. Qatar afirmó el martes que Israel aún no ha respondido oficialmente y “no quiere llegar a un acuerdo”.
La semana pasada, un funcionario de Doha dijo que la propuesta en discusión era “casi idéntica” a un borrador anterior que presentó el enviado estadounidense Steve Witkoff y que Israel aceptó.
El acuerdo que se discute incluiría una tregua de 60 días, la liberación de algunos de los 50 rehenes de Hamas a cambio de cientos de prisioneros palestinos, un aumento de la ayuda humanitaria a Gaza y una hoja de ruta para las conversaciones sobre un alto el fuego duradero.
Muchos miembros de la coalición de Netanyahu se oponen a un acuerdo escalonado de este tipo. Pero las protestas en Israel han aumentado a medida que las familias de los rehenes y sus partidarios exigen un alto el fuego. El Gobierno argumenta que una ofensiva ampliada es la mejor manera de traerlos de vuelta a casa y paralizar la capacidad de Hamas para lanzar futuros ataques.
Además, Israel niega que en el territoro palestino haya hambruna, como declaró la semana pasada la ONU, en base a relevamientos sobre el terreno. Ahora, el Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno de Netanyahu anunció que va a exigir la retractación del informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC), autoridad respaldada por la ONU.
“Israel exige a la IPC que se retracte inmediatamente de su informe con falsedades”, declaró a los periodistas Eden Bar Tal, el director general del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Bar Tal denunció que esta agencia de la ONU está “politizada” y que Israel compartirá pruebas de conducta indebida en la elaboración del informe con los contribuyentes de la IPC si la organización no presta atención “en un breve plazo”.
También acusó a la IPC de “trabajar para una perversa organización terrorista”, en referencia al grupo islamista palestino Hamas, cuyo ataque contra Israel en 2023 desencadenó la guerra que aún se libra en la Franja de Gaza.
Estado de hambruna
La ONU declaró oficialmente el viernes un estado de hambruna en Gaza, culpando a la “obstrucción sistemática” de la ayuda por parte de Israel durante más de 22 meses de guerra.
La IPC, con sede en Roma, afirmó que la hambruna afecta a 500.000 personas en la gobernación de Gaza, que abarca aproximadamente una quinta parte del territorio palestino, incluida Ciudad de Gaza.
El organismo pronosticó que la hambruna se extendería a las gobernaciones de Deir el Balah y Jan Yunis a fines de septiembre, cubriendo alrededor de dos tercios de Gaza.
Israel ha restringido severamente la entrada de ayuda humanitaria en Gaza y, en ocasiones, la cortó por completo durante la guerra.