El nuevo decreto aprobado por el Parlamento italiano limita el derecho a la ciudadanía por sangre solo a hijos y nietos de nacidos en Italia. Excluye a bisnietos y generaciones posteriores.
La Cámara de Diputados de Italia aprobó un decreto que modifica de manera significativa el acceso a la ciudadanía italiana por descendencia. Con 137 votos a favor, el texto espera ahora la firma de la primera ministra Giorgia Meloni para convertirse en ley.
Hasta ahora, el trámite podía realizarse sin límite generacional bajo el principio de ius sanguinis. Pero la nueva norma establece que solo podrán acceder al beneficio los hijos y nietos de italianos nacidos en Italia. Bisnietos y tataranietos quedarán excluidos, salvo en casos puntuales y con vías judiciales más complejas.
La medida busca descomprimir los consulados, donde los trámites podían demorar más de 10 años. En 2023, más de 20.000 argentinos obtuvieron la ciudadanía; en 2024 ya se superaron los 30.000 casos.
El decreto incluye una cláusula de transición: quienes inicien el trámite antes del 27 de marzo de 2025 podrán seguir con el procedimiento bajo la normativa vigente. También se contemplan plazos especiales para menores de edad nacidos antes de esa fecha, que podrán ser inscriptos hasta el 31 de mayo de 2026.
Fátima Trapani, traductora pública y especialista en ciudadanía, aclaró que los procesos por matrimonio no se verán afectados. También recomendó a quienes ya tienen la ciudadanía que inscriban sin demoras a sus hijos para no quedar fuera de los nuevos límites temporales.
Para los bisnietos, la única opción viable será judicial. Andrea Perrone, abogada radicada en Italia, explicó que se podría apelar a la inconstitucionalidad del nuevo artículo 3-bis, por colisión con principios de igualdad y tratados internacionales. No obstante, advierte que los costos y tiempos aún no están claros.
En cuanto a los cónyuges, se mantienen los plazos establecidos por la ley actual: dos años de matrimonio si residen en Italia, tres si viven en el extranjero (con reducción si hay hijos). Hijos mayores de edad solo podrán recibir la ciudadanía si el progenitor nació en Italia y conserva únicamente esa nacionalidad o residió al menos dos años en el país antes del nacimiento.
Para muchos descendientes argentinos, esta reforma representa un duro golpe a la posibilidad de obtener el reconocimiento formal de su identidad italiana, que ha sido transmitida durante generaciones.

