La última gala de Gran Hermano no fue una noche cualquiera. La casa más famosa del país vivió momentos de tensión y emoción con el reingreso de Jenifer Lauría, la participante elegida por el público para regresar al reality tras ser eliminada semanas atrás. Este giro inesperado elevó el interés de los televidentes, llevando el rating a picos de 14,6 puntos, una cifra que confirma el poder de atracción del programa en la pantalla de Telefe.
El ingreso de Lauría no solo marcó el retorno de una de las figuras más polémicas, sino que reavivó las llamas de un triángulo amoroso que promete ser el eje de nuevas disputas dentro de la casa. Con una copa de champagne en mano y un aire de triunfo, Jenifer hizo su entrada triunfal bajo la atenta mirada de sus compañeros, generando tensiones inmediatas entre Giuliano Vaschetto y Chiara Mancuso.
La gala fue protagonizada por los siete últimos eliminados del reality, quienes compitieron por una nueva oportunidad en el juego. Entre ellos, figuras como Luca Figurelli, Ezequiel Ois y Candela Campos fueron descartadas por el público, evidenciando la preferencia de los televidentes por perfiles más controversiales y estratégicos.
Delfina De Lellis, recordada por sus comentarios transfóbicos, y Renato Rossini, con un récord de votos negativos del 92,3%, quedaron fuera de toda posibilidad de regreso debido a su mal recibimiento por la audiencia. Por su parte, Jenifer Lauría fue la gran favorita, destacándose por su rol en los conflictos internos y su vínculo con Giuliano, que sigue siendo tema de debate dentro y fuera de la casa.
Delfina De Lellis, recordada por sus comentarios transfóbicos, y Renato Rossini, con un récord de votos negativos del 92,3%, quedaron fuera de toda posibilidad de regreso debido a su mal recibimiento por la audiencia. Por su parte, Jenifer Lauría fue la gran favorita, destacándose por su rol en los conflictos internos y su vínculo con Giuliano, que sigue siendo tema de debate dentro y fuera de la casa.
Un triángulo que promete
Desde el inicio de la temporada, la relación entre Jenifer, Giuliano y Chiara ha capturado la atención de los seguidores. La atracción mutua entre Lauría y Vaschetto, combinada con las tensiones generadas por Chiara, mantiene a los espectadores en vilo. Durante su ingreso, la incomodidad de Chiara fue evidente al presenciar el abrazo entre Giuliano y Jenifer, marcando el inicio de una nueva etapa de enfrentamientos y estrategias.
El impacto en el rating
La vuelta de Jenifer no pasó desapercibida para los números del programa. La gala arrancó con 10,3 puntos de rating, dejados por Espiando la casa, y alcanzó un pico de 14,6 durante el anuncio de su regreso. Este repunte confirma el atractivo de las narrativas de conflicto y romance, elementos clave para mantener el interés del público en el ciclo.