En una inusual entrevista en plena campaña electoral, el presidente estadounidense dijo que sólo Dios podría convencerlo de abandonar la carrera presidencial. Su comparecencia del viernes tampoco disipó las dudas.
El presidente de Estados Unidos en horario de máxima audiencia: cuando algo así sucede, no es sólo que la emisora que obtiene la entrevista exclusiva ha tenido suerte. Es que la Casa Blanca quiere conseguir algo algo con tan inusual concesión.
Esto vale también al presidente Joe Biden el viernes por la noche. Su entrevista con George Stephanopoulos, transmitida a las 20:00 horas por la cadena estadounidense ABC, pretendía borrar elrecuerdo de su pésima actuación en el debate televisivo contra Donald Trump a finales de junio. En ese momento era, por momento, difícil entenderle y parecía confundido y frágil. Pero esta entrevista no silenciará a los críticos que piensan que el hombre, de 81 años, es demasiado mayor para el puesto.
«El presidente Biden definitivamente dejó una impresión más clara y comprensible en la entrevista, pero dudo que ayude a su equipo de campaña a pasar página respecto al reciente debate», dice a DW Filippo Trevisan, politólogo de la Universidad Americana de Washington.
Otros expertos también tuvieron la misma impresión. «Es poco probable que la entrevista detenga el daño continuo producido por el debate del mes pasado», dijo Brandon Conradis, editor político del sitio de noticias The Hill en Washington D.C. y exempleado de DW. «En todo caso, podría ser el catalizador de que la candidatura de Biden pronto necesitará medidas para mantenerse con vida».
¿Está Biden cerrando los ojos a la realidad?
Una de las principales críticas es que el presidente estadounidense no reconoce la gravedad de la situación. Cuando se le preguntó qué haría si los políticos demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes le dijeran que los demócratas perderían la mayoría en el Congreso bajo su candidatura, Biden se limitó a decir: «No responderé a esa pregunta».
Pasó por alto los bajos índices de aprobación en las últimas encuestas y calificó las críticas desde sus propias filas como preocupaciones completamente normales que surgen en una campaña electoral. Además, sólo ha oído hablar de estas preocupaciones en los medios de comunicación y ningún demócrata se ha dirigido a él personalmente.
«Con este argumento, Biden corre el riesgo, en el mejor de los casos, de parecer rodeado de asesores que no quieren darle malas noticias y, en el peor, de parecer como si negara la realidad», afirma Trevisan.
Biden: sólo Dios podría exigir su dimisión
En la conversación, de casi media hora, Biden habló lentamente y sonó como un hombre de 81 años. Pero no fue comparable al debate, en el que Biden pronunció muchas frases que no tenían ningún sentido. Biden luego dio la excusa de un resfriado y del agotamiento después de un viaje transatlántico. En la entrevista de ABC dijo claramente que no tenía intención de dimitir.
«Si Dios Todopoderoso dijera: ‘Joe, déjalo’, entonces yo lo dejaría», dijo Biden. «Pero Dios no viene». Él mismo es, afirma, el candidato más adecuado para vencer a Trump en las elecciones del 5 de noviembre y quiere seguir siendo presidente.
Pero Biden rechazó la sugerencia de Stephanopoulos de someterse a una prueba de aptitud cognitiva con exámenes neurológicos. Los republicanos y algunos demócratas ya lo habían pedido. «Hago una prueba cognitiva todos los días», respondió Biden. Y agregó: «¿Sabes? No sólo hago campaña, dirijo el mundo».
Estados Unidos «lucha consigo mismo”
Una entrevista exclusiva con el presidente y ninguna pregunta sobre la economía estadounidense, el aborto o su política en Oriente Medio es algo muy inusual. Lo mismo opina Ines Pohl, directora del estudio de DW en Washington.
«El hecho de que se tratara sólo de su estado físico y de que no se hiciera ni una sola pregunta sobre su política actual habla por sí solo», afirmó Pohl. «Estados Unidos está atrapado en una lucha consigo mismo. Y después de esta entrevista, esto probablemente continuará por algún tiempo».
Cuanto más espacio ocupa la discusión sobre la aptitud mental de Biden, menos atención se pone en cosas como las declaraciones falsas de Trump en el debate o sus casos judiciales en curso. Éstas son «buenas noticias para Trump», dice Pohl.
La entrevista, cuyo objetivo era dejar de lado las preocupaciones de los votantes, puede haber contribuido a que la campaña electoral siguiera girando principalmente en torno al mayor problema de los demócratas. «La cuestión de la edad de Biden y las preocupaciones sobre su agudeza mental no van a desaparecer», dice Trevisan. «Está acaparando enormemente la atención de los medios. Algo que beneficia a Donald Trump, que se estará frotando las manos».
DW, (lgc/dzc)