La disputa política entre La Libertad Avanza y el PRO en la Ciudad de Buenos Aires se ha profundizado en los últimos días. Las diferencias, que comenzaron en el terreno electoral, ya alcanzaron la economía, hasta ahora un territorio donde el macrismo se había mantenido en silencio.
La tregua entre Javier Milei y Mauricio Macri fue rota públicamente por el ex presidente, quien criticó por primera vez el rumbo económico del Gobierno. El punto de quiebre se produjo durante Semana Santa, en una recorrida por Villa Pueyrredón, cuando Macri cuestionó los aumentos de precios ante comerciantes.
En el video difundido, se escuchó a Macri dialogar con una vendedora: “¿Cómo está la venta? ¿Te viene pegando?”, preguntó. La comerciante respondió con preocupación por la inflación: “Muy tranquilo y con muchos aumentos”. La escena fue utilizada como señal política directa al Presidente.
En la misma semana, el Gobierno había mostrado la salida del cepo con estabilidad cambiaria, aunque también se publicó una inflación preocupante. En ese contexto, la crítica de Macri fue interpretada como un giro en su posición.
El enfrentamiento se enmarca en la lucha por el control político de la Ciudad. Macri acusa a Karina Milei de intentar quedarse con el distrito, mientras funcionarios del PRO ya señalan a la secretaria general como responsable de los desacuerdos electorales en varias provincias.
Desde el entorno de Milei se minimizó la tensión, pero las señales se multiplican. Laura Alonso, cercana a Jorge Macri, lanzó críticas veladas a Sandra Pettovello, ministra clave del Presidente, lo que alimentó el malestar libertario.
También fue expuesta una pelea entre las espadas económicas de ambos espacios. Hernán Lacunza (PRO) y Luis Caputo (LLA) se enfrentaron públicamente durante tres días, con mensajes cruzados, retuits de Milei y acusaciones sobre la salida del cepo y la herencia económica.
Mientras tanto, se prepara la primera bajada de Milei a los barrios porteños, prevista para el próximo jueves. Será leída como una señal de desafío directo al PRO, especialmente en la antesala del acto oficial en La Plata, donde los dirigentes macristas no fueron invitados.
La alianza que alguna vez se pensó posible entre PRO y LLA ha sido puesta en duda. Las críticas públicas, los gestos políticos y las tensiones territoriales marcan una ruptura que ya no se oculta y que podría condicionar las estrategias de ambos sectores en el corto plazo.

