El entrenador de Atlético Tucumán prepara cada detalle para el duelo del sábado ante Rosario Central, con el regreso del público visitante y la figura estelar de “Fideo” como gran atractivo.
Lucas Pusineri camina el complejo “José Salmoiraghi” como un piloto revisando su avión antes del despegue. No deja nada al azar. Habla con todos: utileros, médicos, preparadores físicos, colaboradores. La planificación para el partido del sábado ante Rosario Central ya está en marcha, y en la oficina donde el cuerpo técnico disecciona cada detalle, el nombre de Ángel Di María resuena con fuerza.
Un partido con clima de final
“No será un partido más”, reconoce el DT. Y tiene razón: no sólo porque el “Decano” necesita seguir sumando para mantenerse prendido en la tabla, sino porque enfrente estará uno de los ídolos máximos del fútbol argentino, campeón del mundo y símbolo de jerarquía. Además, el Monumental “José Fierro” será una verdadera caldera, con el regreso del público visitante después de mucho tiempo.

Pusineri no se deja llevar por la emoción del evento. Piensa en lo táctico:
“Todavía no lo he planificado, pero vamos a tener una marca escalonada que pueda incomodarlo”, anticipó sobre el plan para frenar a Di María, sabiendo que su calidad puede desequilibrar en segundos.
El foco: la mitad de la cancha
En la pizarra del DT, el partido se define en el mediocampo. Central suele jugar con un doble cinco sólido, algo que Atlético también utiliza para cortar el circuito rival.
“Ellos tienen volantes que manejan muy bien la pelota. Necesitamos ser estructurados, fuertes en nuestra localía y eficaces cuando aparezcan las chances”, advierte el entrenador.

Para Pusineri, la táctica es una herramienta, no una imposición. Cree en la versatilidad y en la adaptación constante. “Un solo esquema es muy poco. El rendimiento individual define todo. Si es bueno, cualquier sistema parece el correcto; si es bajo, no hay táctica que salve”, resume.
Pocho Román, la carta diferente
Entre las opciones que analiza aparece Lucas “Pocho” Román, el joven talento que llegó para aportar desequilibrio.
“Puede hacer daño en cualquier sector, pero atrás del nueve es donde más puede lastimar”, dice Pusineri, ilusionado con que el ex Barcelona gane confianza y se convierta en una pieza clave para romper partidos cerrados.
Trabajo, mentalidad y ejecución
Durante la semana, el cuerpo técnico vive entre pizarras y sesiones intensas de entrenamiento. La idea es clara: ganar y jugar bien, y en ese orden.
“Las dos cosas van de la mano. Para ganar hay que ejecutar lo que se entrena, y para que esa ejecución sea efectiva hay que creer en la forma”, explica el DT

El sábado, cuando la pelota empiece a rodar en el José Fierro, Pusineri volverá a vivirlo como en sus días de jugador: al borde del campo, atento, enérgico, marcando cada movimiento. Sabe que enfrenta a un rival duro, con jerarquía, pero también sabe que su fortaleza está en ese trabajo invisible y constante que construye día a día.

