El presidente Javier Milei encabezó este martes en la Casa Rosada un significativo acto protocolar, el primero en el que compartió escenario con el teniente general Carlos Presti, designado como futuro ministro de Defensa. La presencia de Presti en el evento, sumada a sus posteriores declaraciones sobre su estatus en la fuerza, revitalizó el debate sobre la designación de un militar en un área tradicionalmente liderada por civiles desde el retorno a la democracia.
Tras el evento y un encuentro con el asesor Santiago Caputo, el futuro ministro Presti dialogó con medios y brindó las primeras precisiones sobre su situación militar. “Voy a cumplir lo que determina la ley, voy a seguir con jerarquía militar pero en una situación distinta”, afirmó Presti, quien cuenta con 41 años de carrera en el Ejército.
Legalidad
El teniente general indicó que el nuevo estatus que asumirá “está contemplado legalmente”, aunque evitó dar detalles adicionales en ese momento. Fuentes de la Casa Rosada aclararon posteriormente que la intención es que Presti no pase a retiro (equivalente a una jubilación), sino que quede “en disponibilidad” mientras dure su mandato. Esta figura implica que el funcionario podría retomar su carrera castrense una vez finalizada su paso por el Gabinete, lo que lo diferencia del retiro.
La oficialización de que un teniente general en actividad pasaría a integrar el Gabinete generó polémica en el ámbito político. La designación fue cuestionada por la oposición, con el kirchnerismo a la cabeza, que insiste en la necesidad de que el área sea una carga de una civil. Asimismo, Oscar Aguad, ex ministro de Defensa del gobierno de Mauricio Macri (Unión Cívica Radical), sugirió públicamente que Presti debería abandonar su carrera militar antes de asumir de forma oficial.

