La ciudad de San Miguel de Tucumán continúa siendo escenario de una problemática que parece no tener solución: la circulación descontrolada de motocicletas, muchas de ellas en condiciones precarias y conducidas sin respetar las normas de tránsito. El fenómeno, calificado como un «flagelo nacional» por el secretario de Movilidad Urbana del municipio capitalino, doctor Benjamín Nieva, ha vuelto a cobrar protagonismo tras un accidente que involucró a una mujer embarazada y sus tres hijos.
Durante una entrevista con Radio Dinámica, el funcionario municipal trazó un diagnóstico alarmante: “La mayoría de los siniestros viales podrían ser evitados si se respetaran las normas básicas de seguridad y convivencia”. Según datos oficiales, entre 140 y 165 accidentes de tránsito son registrados por semana, y el 85% involucra a motociclistas.
Pese a los esfuerzos desplegados por las autoridades –como los más de 10.000 secuestros mensuales de motovehículos, controles diarios y el patrullaje de grúas y camiones plancha–, la conducta vial sigue siendo desafiada a diario por miles de conductores. Nieva fue contundente: “De nada sirve sancionar si no se trabaja primero en la prevención y la concientización”.
Además de la intervención directa con multas y secuestros, se señaló que la educación vial debe comenzar en el hogar y continuar en las escuelas, tal como lo establece la ley nacional y provincial. “El que maneja una moto debe entender que el uso del casco no es una opción. Tampoco lo es respetar los semáforos o no circular por las veredas. Estas acciones pueden costarle la vida a él o a otros”, advirtió el funcionario.
También fue resaltado el impacto económico y social de los siniestros. Las lesiones ocasionadas por accidentes no solo afectan la salud del involucrado, sino que generan cargas para las familias, pérdidas laborales y afectan la productividad general. “Esto no es una picardía criolla: es una tragedia social en cámara lenta”, sostuvo Nieva.
Por otro lado, desde el mismo programa radial, se recordó que la falta de agentes de tránsito en la vía pública ha sido notada por los ciudadanos, quienes comparan épocas anteriores –como la gestión del exfuncionario Enrique Romero– donde la presencia era mucho más visible. “Somos hijos del rigor”, lamentaron los conductores del ciclo. “Se han naturalizado las transgresiones, como circular en contramano, girar donde no se debe o invadir carriles exclusivos”.
Finalmente, se hizo un llamado conjunto a las autoridades y a la sociedad: no basta con castigar, es necesario educar y actuar con firmeza. Porque la seguridad vial no es un trámite: es una responsabilidad colectiva que puede salvar vidas.