El folclore tucumano despide con profunda tristeza a uno de sus grandes referentes: Néstor “Poli” Soria, poeta, compositor y cronista de la vida norteña, falleció dejando un legado imborrable que trasciende generaciones. Su obra, íntimamente ligada a la identidad regional, forma parte del repertorio popular que se canta en peñas, escenarios y fogones, incluso sin que muchos conozcan el nombre de su autor.
Soria fue heredero de la pluma de los grandes poetas del norte, pero supo construir una voz propia. En su poesía se entrelazan la memoria personal, el compromiso social y un profundo amor por el paisaje humano y geográfico de Tucumán. “Nada de lo que escribo es imaginado; fui partícipe, testigo o cronista directo de todo lo que se lee en mi poesía”, declaró alguna vez, sintetizando su visión testimonial.
Su infancia en Nueva Baviera, el ingenio cercano a Famaillá cerrado en 1966, marcó el inicio de una vida cargada de experiencias que nutrieron su obra. Más tarde se afincó en Raco, desde donde escribió sobre personajes y situaciones de la vida cotidiana del interior. Entre sus composiciones más destacadas figuran “Jujuy mujer”, “Lavandera chagüanca”, “Cantata a Tucumán”, “Flor de piedra”, “Don Comegente”, “Vidala sola” y “Ramón carpintero”, entre más de 200 canciones.
En una entrevista con el sitio Folclore Club, recordó cómo su padre lo introdujo en la lectura entregándole, cuando cumplió 12 años, dos libros: la Biblia y el cancionero tucumano de Juan Alfonso Carrizo. “La Biblia la leí y releí seis veces sin entenderla; el cancionero, en cambio, me quedó resonando en el alma”, contó con ternura.
El año pasado, su trayectoria fue homenajeada en el recital “Este paisaje es mío”, organizado por la Municipalidad de Yerba Buena, que lo reconoció por sus cuatro décadas de aporte a la identidad cultural del NOA. Su lenguaje, nutrido de las palabras que aún viven en los pueblos de la región, se convirtió en un espejo de una época y una forma de sentir.
Además de su obra musical, Soria escribió poesía y libros de historia. Entre sus publicaciones destacan Tucumán en la memoria alucinada, Para los que quieran sentirme cantar, Canto popular de los oficios (convertida en cantata escénica por Carlos Podazza), Canto de amor y llanto por la tierra de uno, La memoria barrial de la ciudad de San Miguel de Tucumán y San Miguel de Tucumán, la historia que más cuenta.
Artistas como Rubén Cruz, Juan Falú, Raúl Carnota, Topo Encinar, Leopoldo Deza, Hernán Gamboa y muchos otros interpretaron su obra y mantuvieron viva su palabra. Poli Soria ya es parte del alma profunda de Tucumán.

