La histórica alianza entre Elon Musk y Donald Trump ha entrado en terreno de fractura profunda. Lo que comenzó como una estratégica cooperación política —con Musk como rostro clave y donante millonario de la campaña de Trump 2024— ha decidido virar hacia un enfrentamiento abierto.
El detonante fue el reciente proyecto de ley impulsado en el Senado por Trump, conocido como el “Big Beautiful Bill” o “One Big Beautiful Bill”, que combina recortes de impuestos con incrementos históricos del gasto público y la deuda federal. Musk calificó la iniciativa como una “abominación repugnante” y un “suicidio político” para el Partido Republicano.
Argumentó que esta acción contradice las promesas de austeridad y aumenta la deuda en cinco billones de dólares.
Nace el “America Party”
Musk anunció que, de aprobarse el paquete “insano”, fundaría al día siguiente el “America Party”, una tercera opción con vocación de representar al “80 % en el centro” y romper con el control bipartidista de demócratas y republicanos.
Por el momento, sus objetivos e ideas específicas siguen siendo más retórica que programa electoral, aunque ha prometido respaldar a candidatos como el representante libertario Thomas Massie.
Trump responde con intimidación
Trump, visiblemente irritado, contraatacó desde Truth Social: acusó a Musk de depender excesivamente de los subsidios al vehículo eléctrico y sugirió retirar apoyos a sus empresas, como Tesla y SpaceX, lo que, en su opinión, obligaría al magnate a “volver a Sudáfrica”.
Incluso insinuó usar el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), antes dirigido por Musk, para auditar las ayudas recibidas.
Llegó a burlarse de recortar lanzamientos espaciales y la producción de autos eléctricos para “ahorrar una fortuna”.
¿Qué impacto tiene esta pelea?
Mercados en alerta: Las acciones de Tesla han caído más del 20 % en lo que va del año, y cayeron casi un 6 % tras el recrudecimiento del conflicto.
Divisiones internas del GOP: Analistas ven en este conflicto una señal de fractura en el Partido Republicano. Algunos expertos advierten que si Musk efectivamente lanza un tercer partido, podría redistribuir el electorado y alterar el sistema político,
Obstáculos legales: La formación de un nuevo partido en EE. UU. enfrenta barreras realistas: distintas leyes electorales en cada estado, registro o acceso a las boletas y escollos jurídicos complejos.

