Este jueves, la Joaqui no pudo contener su emoción al presentar su plato en Masterchef. La cantante pasó al atril frente al jurado con su trabajo en mano y con la voz totalmente quebrada. Cuando el jurado le consultó por su emoción, contó que su progreso en el programa no estaba siendo el esperado, pero también habló de su infancia en Costa Rica.
Pollo cocido en salsa con verduras varias y una pizca de arroz fue el plato que presentó la Joaqui a la tríada de cocineros que la evaluarían. Pero lo que más llamó la atención fue que su rostro estuvo bañado en lágrimas. “La estoy pasando muy mal. Soy fatal en la cocina”, dijo explicando el motivo de su desconsuelo.
Intentando ayudarla, Donato De Santis le dedicó algunas palabras reconfortantes. “Un poquito más de confianza –le dijo–. Si arrancás así, diciendo que está mal, lo vas a hacer mal”. Después la cantante explicó que para ella la cocina estaba atravesada de sensaciones y que por eso sentía “sensaciones nuevas”.
Masterchef: La Joaqui habló de su infancia en Costa Rica
Pese a que la Joaqui nació en la ciudad de Mar del Plata, siendo aún una bebé se mudó junto a su madre a Costa Rica, donde pasó los primeros años de su vida. Por eso, en cuanto le pidieron que explicara su plato, dijo que era algo que le servían en la escuela a la que asistía de pequeña.
“Yo iba al colegio en Guanacaste, provincia de Costa Rica. Viví ahí hasta los 15 años”, relató. Aprovechando la conexión con el pasado, Wanda Nara le preguntó cómo era de pequeña. “Era muy buena de chiquita. De grande me puse más tremenda”, recordó la cantante. Es que cuando su madre decidió trasladarse al país centroamericano, implicó también una ruptura en la relación con su padre.
La infancia y primeros años de adolescencia de la Joaqui transcurrió entre carencias y penurias. Incluso en alguna oportunidad contó que sus compañeros de escuela le hacían bullying. Pese a los desafíos que tuvo que enfrentar, cuando su madre decidió regresar a Argentina, ella quería quedarse porque había logrado hacer su propio grupo de amigos.
Después de haber pensado que su resultado en la cocina había sido terrible, Germán Martitegui le pidió que se acercara al estrado y le convidó de su comida pidiéndole que le dijera a qué sabía. “A mí me encanta”, respondió y el jurado eligió rescatar eso. “Siento que a veces soy más cruel conmigo de lo que creería”, se justificó.
Pero finalmente su plato superó la prueba y logró subir al balcón, dejando a Momi Giardina, Susana Roccasalvo, Emilia Attias y Pablito Lescano con delantal negro.