A partir de hoy, los combustibles comercializados por YPF volvieron a registrar una suba en todo el país. En las estaciones de servicio de Tucumán, el precio del litro de nafta Súper se elevó a $1.256, lo que representa un incremento del 1,13%. La actualización, que también afectó al resto de los productos, responde a una modificación parcial en los tributos que gravan los combustibles, autorizada por el Gobierno nacional.
El ajuste impactó en todos los productos de la firma estatal: la nafta Infinia pasó a costar $1.449 (+1,12%), el Diesel 500 trepó a $1.295 (+1,17%) y el Infinia Diesel alcanzó los $1.451 (+1,11%).
Según informó la empresa, el aumento se originó en la aplicación parcial de los impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), componentes fundamentales en la estructura de precios del sector. Aunque el Gobierno decidió postergar una parte importante del incremento impositivo previsto por ley, permitió que una porción comience a regir desde esta medianoche.
En lo que va del año, los combustibles de YPF han aumentado en promedio un 5,9% en Tucumán, muy por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que acumula una suba del 13,79% en el mismo período. Esta diferencia refleja la intención del Ejecutivo de evitar que el impacto de estos ajustes se traslade de lleno a la inflación general.
Sin embargo, el congelamiento parcial de impuestos tiene consecuencias para las finanzas del Estado. Según cálculos privados, esta decisión implica una pérdida mensual de más de U$S 200 millones en recaudación. Aún resta que se actualicen los valores correspondientes a los cuatro trimestres de 2024 y al primer trimestre de 2025, ya que durante gran parte del 2023 estos tributos permanecieron sin cambios.
El mes de mayo fue particularmente inestable para los precios de los combustibles. Comenzó con una baja promedio del 4% aplicada por YPF, influida por la caída del precio internacional del petróleo. Sin embargo, esa reducción no se mantuvo: a mediados de mes se aplicó una suba moderada, de entre 0,2% y 0,46%, debido al aumento en los costos de los biocombustibles.
Este panorama muestra las dificultades que enfrenta el Gobierno al intentar equilibrar la recaudación con la necesidad de controlar la inflación, teniendo en cuenta que el precio de los combustibles impacta directamente en la economía familiar y en los costos logísticos de todo el país.

