El fenómeno se forma cuando la presión del aire cae rápidamente, señal de un fortalecimiento sorpresivo, de acuerdo con lo publicado por el diario The Washington Post.
Casi siempre se forman en invierno; a veces las llaman huracanes de nieve o de invierno. Casi siempre ocurren sobre el mar, cerca de corrientes oceánicas calurosas, como la corriente del Golfo.
La fuerza del «ciclón bomba» depende de la presión del aire. Cuanto menor la presión, más fuerte la tormenta. Para que pueda ser calificada de esta forma, la presión debe bajar al menos 24 milibares en un día. Y cuando una tormenta se fortalece así de rápido, es señal de la cantidad de aire que es atraído a su circulación.
¿Cómo funciona el ciclón por dentro? El aire que entra gira en espiral hacia el centro, se eleva y luego sale por la parte superior. Si es más el aire que sale que el que es chupado, la presión cae aún más y el sistema crece.
Los «ciclones bomba» se alimentan de la diferencia de temperatura entre la tierra fría y las aguas cálidas del Atlántico. Mientras se desarrollan y se someten a la «bombogénesis», estos fenómenos generan fuertes lluvias y nieve.