Israel confirmó que Romi Gonen, Emily Damari y Doron Steinbrecher estuvieron secuestradas en refugios administrados por la UNRWA durante más de 400 días en Gaza.
Según el gobierno israelí, los terroristas de Hamás utilizaron instalaciones de Naciones Unidas para ocultar a las rehenes, confiando en que no serían atacadas.
Damari relató haber perdido dos dedos durante el cautiverio y que Gonen la ayudó a tratar su herida. Ambas permanecieron juntas gran parte del tiempo.
El uso de refugios de la ONU por parte de Hamás agrava las críticas hacia la UNRWA, acusada de facilitar actividades vinculadas al grupo terrorista en Gaza.
Desde 2014, informes han señalado que instalaciones de la UNRWA han sido usadas como depósitos de armas y para construir túneles subterráneos.
El gobierno israelí y expertos denuncian que trabajadores de la UNRWA tienen vínculos con Hamás, lo que diluye la separación entre labores civiles y terroristas.
Este caso reaviva el debate sobre la transparencia en el manejo de recursos de la UNRWA, financiada mayoritariamente por naciones occidentales.
