“La alergia no se cura, pero sí se puede sanar. Un paciente alérgico puede vivir sin síntomas y con una buena calidad de vida si recibe un diagnóstico y tratamiento adecuados”, aclaró Osmar Capolungo, médico neumonólogo y alergista sobre esta patología.
Con la llegada de la primavera, Tucumán entró de lleno en la temporada de alergias estacionales. Estornudos, congestión nasal y ojos irritados se convierten en parte de la rutina de muchos vecinos. Según datos de la Asociación Argentina de Alergia (AaaeIc), más de ocho millones de personas en el país conviven con algún tipo de alergia, y se estima que el 20% de la población adulta las padece. La Organización Mundial de la Salud advirtió que esta cifra podría alcanzar al 40 o 50% de la población mundial hacia 2050.
El especialista definió a la alergia como una enfermedad inmunogenética. “Esto significa que hay una respuesta inmunológica y también un componente hereditario. Si mi mamá y mi papá son alérgicos, la probabilidad de que yo nazca con alergia es del 75%”, explicó.
La predisposición no basta por sí sola para que se manifiesten los síntomas. “Eso depende de la epigenética, es decir, de lo que me rodea. Los disparadores son múltiples: cambios atmosféricos, contaminación ambiental, alimentos, medicamentos, insectos, hormonas, emociones”, detalló el especialista.
La doctora Silvina Heluani, especialista en Alergia e Inmunología, precisó que los síntomas estacionales más comunes son estornudos sin parar, nariz tapada y goteo nasal, ojos llorosos o rojos, picazón en nariz y garganta. “Aparecen en ciertas épocas del año, sobre todo cuando hay mucho polen”, agregó.
Una de las consultas frecuentes es cómo distinguir un resfriado de una rinitis alérgica. “El resfrío viral dura entre siete y 10 días, puede presentarse con moco amarillento o verdoso y acompañarse de cansancio o fiebre. La rinitis alérgica, en cambio, es crónica y dura entre tres y cuatro semanas. Puede ser estacional, vinculada al polen en primavera y verano, o a los ácaros en otoño e invierno”, explicó Heluani.
Capolungo aclaró, además, un mito frecuente: “La gente les teme a las flores, pero el polen de las flores es pesado y cae, no produce tanta alergia. Lo que realmente produce síntomas son los pólenes de los árboles, que vuelan y pueden recorrer hasta 100 kilómetros”.
Más casos e intensidad
Los especialistas coinciden en que los cuadros alérgicos son cada vez más frecuentes e intensos. La médica indicó que la prevalencia está aumentando a causa del cambio climático y de cuestiones relacionadas con mejoras en el estilo de vida. “Más aires acondicionados, más alfombras y ambientes menos ventilados repercuten negativamente en las enfermedades respiratorias”, enumeró.
El calentamiento global también juega su papel. “Calor, sequía y contaminación hacen que las plantas produzcan más polen y durante más tiempo. El aire seco irrita la nariz y los ojos, y los síntomas aparecen más”, sostuvo Heluani.
En Argentina, la rinitis alérgica afecta a más de 5,5 millones de personas de entre cinco y 44 años. “Lo preocupante es que uno de cada tres no lo sabe. Casi dos millones presentan síntomas pero no tienen diagnóstico ni siguen un tratamiento”, advirtió la doctora.
Esa falta de consultas médicas se combina con el uso indebido de medicamentos. “El principal riesgo de la automedicación con antihistamínicos es retrasar el diagnóstico, porque uno puede estar enmascarando otra enfermedad. Además, algunos generan somnolencia, arritmias o excitación, por eso siempre deben ser indicados por un médico no por las publicidades que vemos. Hoy el médico es la televisión”, dijo Capolungo.
Heluani agregó que en el país se automedican unas 170 mil personas, lo que se traduce en tratamientos erróneos, mal control de síntomas y percepción de falta de eficacia. “El mayor riesgo está en el mal uso o abuso de corticoides y descongestivos, que pueden causar desde adicción hasta perforación de tabique”, detalló.
En cuanto al tratamiento, los especialistas detallaron que incluye tres ejes: evitar los factores desencadenantes, recurrir a medicamentos seguros que alivien los síntomas y, en algunos casos, aplicar inmunoterapia. “Consiste en vacunas contra alérgenos específicos cuyo objetivo es que el sistema inmune se haga tolerante. Tiene un efecto prolongado y puede permitir suspender la medicación”, explicaron.
10 pasos para reducir alergias en casa y al aire libre
– Ventilar el hogar diariamente y eliminar alfombras.
– Usar fundas antiácaros en almohadas, colchones y almohadones.
– Lavar frazadas al menos una vez al mes y limpiar el filtro del aire acondicionado al menos una vez al año.
– Limpiar diariamente con trapo húmedo o aspiradora.
– Controlar humedad y hongos. Limpiar con agua y lavandina las paredes afectadas.
– Evitar objetos que acumulen polvo, peluches y perfumes fuertes.
– Priorizar productos neutros: cosméticos suaves. Evitar alimentos que provoquen alergia.
– Bañar regularmente a las mascotas.
– Para quienes trabajan al aire libre: usar barbijo y gafas, ducharse y cambiarse de ropa al volver a casa.
– Reducir exposición a contaminantes: no quemar cañaverales o basura y no fumar en el hogar.

