Un hombre de 49 años y dueño de un frigorífico en el partido bonaerense de La Matanza, fue asesinado hoy de un balazo en el pecho por delincuentes que le robaron la camioneta en la puerta de su casa de la localidad de Pontevedra, Merlo, horas antes de salir de vacaciones con su familia, informaron fuentes policiales y judiciales.
El hecho ocurrió esta mañana frente a la casaquinta situada en Otamendi y Olaya, donde la víctima, identificada como Leonardo Antonio Quinteros (49), fue ejecutada de al menos un tiro por delincuentes que, tras el ataque, escaparon con su camioneta Volkswagen Amarok color azul, que más tarde fue hallada abandonada en la localidad de Virrey del Pino, La Matanza, detallaron los voceros.
Debido a que el lugar donde se produjo el crimen es una zona descampada, se dificultaba la identificación de los atacantes mediante imágenes de cámaras de seguridad, por lo que la pesquisa para determinar la cantidad de autores y cómo llegaron al lugar se centraba en la búsqueda de testigos, explicaron los voceros.
De los datos recabados hasta el momento surgió que Quinteros era padre de cuatro hijos -dos varones y dos mujeres- y que tenía previsto salir hoy de vacaciones junto a la menor de las hijas y su actual pareja, madre de ésta última.
Este mediodía, uno de los hijos de la víctima dijo al canal TN que, al momento de ser interceptado, su papá salía de su casa rumbo a su frigorífico, llamado «El Progreso» y ubicado en la zona de Rafael Castillo, para dejar unas llaves que se había olvidado en la camioneta y que debía entregar antes de irse de vacaciones.
Para el joven, identificado como Matías Quinteros, a su papá «lo venían siguiendo hace rato, porque le pasaron muchas cosas».
«Le quisieron entrar al frigorífico un par de veces. Fueron diez segundos, le dieron el tiro y se llevaron la camioneta. Iba a dejar unas llaves al frigorífico, que se las había olvidado ayer dentro de la camioneta, y se iba con su familia de vacaciones», relató el joven visiblemente conmocionado.
Matías dijo que la actual pareja de su padre escuchó tres detonaciones, aunque aclaró que sólo fue alcanzado por un proyectil, lo cual se aguarda que sea confirmado por la autopsia que se realizará durante esta jornada.
«Solo pido justicia para mi viejo. Él se habrá intentando defender, y en ese momento le habrán disparado», añadió Matías.
Para los pesquisas el robo que terminó con el asesinato tampoco fue al voleo, sino que existen evidencias para sospechar que los delincuentes estaban esperando a Quinteros para robarle.
Es que últimamente la víctima y su familia habían sido víctimas de otros hechos de robo.
De hecho, en un posteo realizado por su pareja meses atrás en la red social Facebook, la mujer pidió ayuda para recuperar dos autos, uno que le robaron a ella y otro a uno de sus hijos.
En la última publicación, realizada el pasado 2 de noviembre, la pareja de Quinteros subió una fotografía de un vehículo Fiat Argos color negro, que -según denunció- delincuentes robaron de su vivienda durante un asalto.
«Esta madrugada ingresaron cuatro ladrones a mi casa (…) revolvieron toda mi casa y se dieron a la fuga en mi auto Fiat Argo negro», escribió la mujer, quien aparece en la foto junto al vehículo.
Un día antes, el 1 de noviembre pasado, en la misma red social, la mujer publicó tres imágenes en las que se ve a uno de sus hijos junto a un Fiat Punto: «Se lo robaron en Montt y Aguirre, Rafael Castillo», dice el texto que acompaña las fotos.
También Damián, un amigo y empleado de la víctima, dijo esta mañana que Quinteros «ya había sufrido robos» y que era un hombre que «no hacía otra cosa que laburar».
«No sabemos cuántos delincuentes (lo interceptaron); le pegaron un tiro y quedó en la puerta de la casa. No sabemos más nada, está la (Policía) Científica y están investigando», dijo el hombre.
Además, al referirse a Quinteros, Damián agregó: «Era un chabón laburador, que le dio laburo a mucha gente, todo el barrio laburaba con él, no sé cuántos empleados tenía, como 40».
En el lugar del crimen trabajaron efectivos policiales de la zona y los fiscales Fernando Capello y Pablo Masferrere, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Morón, quienes procuraban dar con testigos.
En tanto, efectivos de la comisaría 5ta. de Pontevedra realizaban tareas de campo en distintos barrios de Merlo con el fin de identificar a los asesinos.
Télam