Mientras algunos países sopesan reducir por ley la semana laboral, Grecia está a las puertas de incrementarla a seis días. El Gobierno busca aumentar la mano de obra y luchar contra el trabajo no declarado. ¿Funcionará?
En Grecia, a partir del 1 de julio entra en vigor una nueva normativa que eleva la semana laboral reglamentaria de 40 a 48 horas. Desde entonces, todas las empresas podrán ofrecer contratos de seis días a la semana, una opción hasta ahora abierta únicamente para unos pocos sectores, como la restauración y el turismo.
En teoría, los empleados podrán elegir trabajar más solo si las empresas deciden permanecer abiertas más tiempo; y, si lo hacen, cobrarán un pago extra.
El Gobierno griego afirma que las nuevas normas simplificarán la administración, darán más derechos a los empleados, reducirán los periodos de prueba a seis meses y pondrán coto al trabajo no declarado. También ayudarán a llenar las lagunas del mercado de mano de obra cualificada.
En la dirección contraria
En esta materia, Grecia es un caso atípico en Europa. El país tiene desafíos importantes, como los bajos salarios o el desempleo creciente, pero no es el único.
Empresas de Bélgica, Francia, Reino Unido, España e Islandia han experimentado con distintos modelos para trabajar menos. Una opción es dividir la semana de 40 horas en cuatro días, con jornadas más intensas, de 10 horas. Otra es, sencillamente, conseguir el 100 por ciento de la carga de trabajo en sólo el 80 por ciento del tiempo, sin que eso signifique una reducción de salario.
Grecia se recupera de una mala época
No es la primera vez que Grecia se enfrenta a introducir una semana laboral de seis días. Durante su crisis de deuda, que comenzó en 2009, algunos prestamistas exigieron que los griegos trabajaran más. Sin embargo, nunca se introdujo una sexta jornada laboral.
Ahora, Grecia se encuentra en otro escenario más próspero. Se espera que el crecimiento del PIB sea del 2,2% este año y del 2,3% el próximo, por encima de la media de la zona euro, según cálculos de la Comisión Europea, y que el desempleo baje del 10,3% al 9,7% en el mismo periodo.
Aun así, la marcha de muchos griegos -la mayoría jóvenes y formados-, durante la última década ha sido severa y se espera que la población se reduzca todavía más. La escasez de trabajadores cualificados se nota ya en algunos sectores como la agricultura, el turismo y la construcción.
Por otro lado, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los griegos trabajan bastante más que sus colegas del Reino Unido, Estados Unidos, Alemania.
La realidad griega
En el plano positivo, el salario mínimo pasó a los 830 euros a partir de abril, mientras que el salario medio se sitúa en torno a los 1.250 euros. El primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, anunció que quiere aumentarlo a 1.500 euros en 2027.
Pero estos aumentos salariales no compensan las anteriores reducciones y la persistente alta inflación. Para Jens Bastian, miembro del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP, por sus siglas en alemán), la nueva normativa sólo «ajusta retroactivamente el contexto legal a la realidad existente en el mercado laboral griego desde hace años», lo que en la práctica simplemente significa que mucha gente ya trabaja más de cinco días a la semana.
Oficialmente, trabajar más horas y ganar más podría incluso «situar a varios empleados en tramos más altos del impuesto sobre la renta de las personas físicas y de la seguridad social, neutralizando así las posibles ganancias salariales por trabajar más horas», argumenta el experto.
Cambios estructurales, no horarios más largos
«Las negociaciones entre empresario y empleado pueden incluir que el primero exija y el segundo rechace trabajar más tiempo», sostiene Bastian.
El experto sostiene que una semana laboral de seis días no puede resolver los problemas económicos generales de Grecia, como tampoco una jornada laboral más larga compensará la falta de personal.
Grecia necesita hacer cambios estructurales que incluyan «incentivos como trayectorias profesionales viables, igualdad de oportunidades y salarios más altos que reflejen la experiencia profesional», señala.
DW, (aag/ers)