Un grave episodio de violencia escolar conmocionó a la comunidad de Acheral. Un adolescente de 14 años, resultó apuñalado en el abdomen por un compañero durante una pelea ocurrida en plena clase de Educación Física en la escuela José Ingeniero Álvarez Condarco.
El hecho ocurrió el martes 25 de marzo alrededor de las 15:20, cuando ambos alumnos protagonizaron una disputa en el interior del establecimiento. En medio del altercado, el agresor extrajo un arma blanca y atacó a su compañero, provocándole una herida en el tórax, del lado derecho.
Tras el ataque, docentes y autoridades de la escuela trasladaron de inmediato a la víctima al Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) de Acheral, donde recibió las primeras atenciones. Sin embargo, debido a la gravedad de la lesión, fue derivado al Hospital del Niño Jesús de San Miguel de Tucumán en una ambulancia.
Allí, el joven fue asistido y se ordenó su internación en terapia intermedia para monitorear su evolución. Según el último parte médico, el menor se encuentra estable y fuera de peligro, pero continuará en observación.
Debido a que el agresor es menor de edad, la fiscalía resolvió no adoptar medidas privativas de libertad, ya que se lo considera inimputable por su edad.
Un hecho que activa las alarmas
Este violento episodio reaviva el debate sobre la seguridad en las escuelas y la escalada de violencia entre adolescentes. Desde el Ministerio de Educación de Tucumán, la ministra Susana Montaldo expresó su preocupación y destacó la necesidad de trabajar en la contención de los jóvenes para prevenir estos episodios.
Además, en menos de 48 horas, otro caso de violencia escolar se registró en Tucumán, cuando un alumno de 13 años de la Escuela Leandro Alem fue golpeado brutalmente por un grupo de compañeros y tuvo que ser hospitalizado con politraumatismos.
Los hechos ocurridos en Acheral y San Miguel de Tucumán evidencian un problema creciente en el ámbito escolar. Más allá de las medidas de seguridad que puedan implementarse, especialistas coinciden en que la solución pasa por un trabajo integral que involucre a familias, docentes, instituciones educativas y organismos del Estado para garantizar un entorno seguro y libre de violencia para los estudiantes.
