La edición en inglés de la histórica historieta argentina llegó a cotizarse hasta 350 dólares tras el furor por la serie de Netflix.
“El Eternauta” se convirtió en un fenómeno internacional tras el estreno de su adaptación en Netflix, y su repercusión en Estados Unidos no se hizo esperar. La historieta creada por Héctor Germán Oesterheld y dibujada por Francisco Solano López es hoy objeto de deseo en el mercado norteamericano, donde los ejemplares escasean y alcanzan valores altísimos.
Según relató el periodista Mike Hale en The New York Times, el interés por la obra se disparó a raíz del éxito de la serie dirigida por Bruno Stagnaro. Hale contó que descubrió “El Eternauta” cuando fue publicada en formato de novela gráfica de lujo por la editorial Fantagraphics Books en 2015, siendo la primera vez que se traducía al inglés. En aquel momento, el volumen tenía un precio de 50 dólares.
El periodista explicó que, en ese entonces, optó por pedir prestado un ejemplar en una biblioteca pública. Sin embargo, al intentar conseguirlo nuevamente tras el estreno de la serie, se encontró con que ya no había copias disponibles en la Biblioteca Pública de Nueva York.
La única opción fue buscar ejemplares usados, y la sorpresa fue mayúscula: los precios rondaban los 350 dólares, siete veces el valor original. La editorial analiza una posible reimpresión, pero todavía no hay confirmaciones al respecto.
“Esta escasez es sin duda una señal del poder que ‘El Eternauta’ puede ejercer sobre las imaginaciones ávidas”, concluyó Hale.
Además de reseñar el fenómeno editorial, el periodista hizo una valoración crítica de la serie. Destacó que los seis episodios llegan hasta un punto crucial del relato original, en el que la historia da un giro hacia el pulp político, con una clara postura anti-guerra fría e idealismo social.
En cuanto al trabajo de Bruno Stagnaro, Hale lo calificó de “muy meritorio”, y elogió especialmente la dirección de fotografía a cargo de Gastón Girod, quien dio a los paisajes nevados y post-apocalípticos una “belleza silenciosa”.
El crítico también valoró la capacidad de la serie para equilibrar la acción con un trasfondo filosófico y emocional: “Es al menos un 50 por ciento una telenovela de buen gusto”, escribió.