El adiós en Caracas: la última función de Cerati antes del silencio eternoLa noche del 15 de mayo de 2010 quedó grabada como el epílogo de la trayectoria musical de Gustavo Cerati. En Caracas, Venezuela, el tour «Fuerza Natural», concebido para presentar su quinto álbum solista, llegaba a su fin con un concierto que nadie presentía como el último.
Pocas horas después de bajar del escenario, el destino truncaría su camino con un ACV que lo sumiría en un coma prolongado, hasta su partida definitiva el 4 de septiembre de 2014.Su despedida del público venezolano, en el Estadio de Fútbol de la Universidad Simón Bolívar, se tornó, con el tiempo, profundamente simbólica. Un gesto espontáneo, llevando la mano al pecho, enviando un beso y elevando los brazos, acompañado de un simple «Hasta la próxima, chau», resonaría como su adiós final.
La madrugada siguiente, un mensaje desde su cuenta oficial de Twitter intentaba calmar las incipientes alarmas: «Gustavo tuvo una descompensación luego del show de Caracas, pero informamos que se está recuperando favorablemente». La realidad, sin embargo, pintaría un panorama sombrío.
Meses antes, en un video de la trastienda de la grabación de «Fuerza Natural», Cerati había expresado una premonición involuntaria: «Si me retirara ahora… me iría contento por Fuerza Natural». Su último trabajo discográfico lo llenaba de satisfacción, sintiéndolo como la culminación de su recorrido artístico.En las horas previas al fatídico evento, Cerati había arribado a Caracas proveniente de Bogotá. El periodista Tomás Eliaschev relató en una crónica para Cromos cómo, durante la gira, el artista transitaba un presente donde el alcohol, el viagra y las drogas se entrelazaban.El 14 de mayo, Cerati llegó a la capital venezolana aún bajo los efectos de la resaca. Tras instalarse en el hotel y descansar, salió únicamente para la prueba de sonido. Su entorno lo percibió exhausto, aquejado por un dolor de cabeza y con una inusual falta de deseo de fumar.
Finalizado el concierto, el backstage se inundó de un ambiente festivo. Hubo cena, encuentros con admiradores y una fotografía grupal. Cerati fue convocado a último momento, ubicándose detrás de su ingeniero de sonido, Adrián Taverna. Aquella noche caribeña se convertiría, sin saberlo, en el último acto de su vibrante sinfonía.