Por primera vez en la historia, la Copa Mundial Femenina de la FIFA se disputará en América Latina. La edición 2027 tendrá como sede a Brasil, que recibirá el torneo con ocho ciudades anfitrionas y la promesa de un evento que marcará un antes y un después para el fútbol femenino de la región.

La FIFA confirmó que São Paulo, Río de Janeiro, Brasilia, Belo Horizonte, Porto Alegre, Salvador, Fortaleza y Recife serán las sedes oficiales. El mítico estadio Maracaná será uno de los escenarios principales, revalidando su lugar como símbolo del fútbol mundial, esta vez albergando la fiesta del deporte jugado por mujeres.

El torneo contará con 32 selecciones, tal como ocurrió en la edición 2023 disputada en Australia y Nueva Zelanda. Pero esta vez, las selecciones sudamericanas deberán afrontar un nuevo sistema clasificatorio: se implementarán eliminatorias específicas en lugar de otorgar plazas a través de la Copa América. La medida busca fortalecer la competencia y acompañar el crecimiento sostenido del fútbol femenino en la región.

La elección de Brasil se impuso ante una candidatura conjunta europea y fue celebrada con entusiasmo. “Del samba al frevo, de playas impresionantes a ciudades cosmopolitas, el mundo experimentará la energía, el color y el calor humano que sólo Brasil puede ofrecer”, expresó el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en un mensaje grabado en portugués.

Sin embargo, la alegría por la organización convive con la nostalgia por la ausencia de Marta, la legendaria futbolista brasileña que anunció su retiro de la Selección. A sus 39 años, Marta se despidió como la máxima goleadora histórica de los mundiales y como ídola indiscutida del fútbol femenino mundial. Aunque no estará en el campo de juego, se espera su presencia como espectadora de lujo.

Brasil nunca ganó un Mundial femenino, a pesar de haber conquistado ocho ediciones de la Copa América y de haber formado generaciones que marcaron época. El país que alguna vez prohibió por ley el fútbol femenino hasta 1979, hoy se convierte en sede de un campeonato que simboliza la reivindicación, el esfuerzo y la evolución del deporte practicado por mujeres.

El mundo ya pone la mirada en Brasil, y la región se prepara para vivir su primer Mundial femenino en casa. Una fiesta que promete ser inolvidable.