Los dirigentes llegaron a Estados Unidos tras permanecer refugiados desde marzo de 2024 en Caracas. Estados Unidos habla de una “operación precisa”; el chavismo de una negociación.
Cinco dirigentes opositores venezolanos que se encontraban asilados en la embajada argentina en Caracas desde marzo de 2024 salieron del país y llegaron a Estados Unidos, según confirmó el gobierno de ese país el martes 6 de mayo. La información fue anunciada por el senador Marco Rubio, quien aseguró que se trató de “una operación precisa”. Desde el entorno del gobierno de Nicolás Maduro, sin embargo, afirmaron que la salida fue producto de una negociación.
Los cinco opositores —Magalli Meda, Pedro Urruchurtu, Claudia Macero, Humberto Villalobos y Omar González— forman parte del equipo de campaña de la líder política María Corina Machado. Se refugiaron en la sede diplomática argentina hace más de un año, tras una serie de detenciones durante la campaña presidencial que culminó con la reelección de Maduro en comicios cuestionados por fraude.
Durante los meses de encierro, los opositores denunciaron vigilancia permanente de las fuerzas de seguridad venezolanas, cortes de luz, problemas con el suministro de agua, restricciones al ingreso de alimentos y medicinas, y hasta bloqueos de señal móvil. “Sobrevuelan drones, bloquean las comunicaciones, hay un asedio permanente”, denunció Urruchurtu en sus redes sociales. El gobierno venezolano negó esas acusaciones.
La salida de los dirigentes ocurre en un contexto diplomático delicado. Venezuela rompió relaciones con Argentina tras las críticas del gobierno de Javier Milei a la reelección de Maduro. El personal diplomático argentino abandonó el país y Brasil asumió la representación, aunque Caracas revocó esa función semanas después.
Mientras Estados Unidos califica lo ocurrido como una operación secreta, desde el chavismo afirman que hubo una negociación, aunque el régimen aún no emitió un comunicado oficial. La líder opositora María Corina Machado celebró la salida de sus colaboradores y dijo que fue “una operación impecable”.
El hecho coincidió con nuevas tensiones entre Caracas y Washington, luego de que Venezuela cuestionara la deportación desde Estados Unidos de 253 migrantes venezolanos hacia el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador.